¿Cuál es el propósito de que Afganistán prohíba a las estudiantes cantar en lugares donde hay hombres presentes?
Tan pronto como se promulgó la ley, suscitó la oposición de mucha gente. Esta ley ignora claramente el feminismo. Si bien este consejo puede ayudar un poco, no eliminará el acoso en primer lugar. ¿Tienes que quedarte en casa toda tu vida si te encuentras con gente mala?
Lo que está mal es que la mala persona no eres tú. ¿Qué les pasa a las chicas? Los acosadores deberían ser castigados. Pero después de comprender las condiciones nacionales reales en Afganistán, no lo creo. La situación de la mujer allí es demasiado baja. Incluso si realmente luchas por los derechos e intereses legales de las mujeres, mientras no te peguen, nadie te dirá nada.
En primer lugar, esta ley parece una falta de respeto hacia las mujeres, pero puede ser la mejor opción.
Arian, portavoz del Ministerio de Educación afgano, afirmó que esta decisión es adecuada para todas las provincias de Afganistán y se tomó con el asesoramiento de estudiantes y padres. Desde el análisis de la situación real, la etapa de desarrollo de un país es diferente, el conocimiento de la gente es diferente y las órdenes gubernamentales también son diferentes. No podemos juzgar el bien y el mal con nuestros propios ojos. Creemos que Afganistán mejorará cada vez más y seguirá el ritmo del mundo, pero esto llevará algún tiempo. Ahora es probablemente la mejor opción.
En segundo lugar, no mires el problema con emociones subjetivas.
Tal vez nos resulte difícil entender tales leyes y regulaciones. Quizás algunas personas piensen que esto es sexismo, que es nuestro mayor problema y lo damos por sentado. Algunas personas dicen ¿por qué no echar al hombre? El gobierno debe haber pensado en la viabilidad de este método, pero obviamente no es viable tomar esta decisión. Cuando una sociedad aún no estaba desarrollada, esas leyes en realidad protegían a las mujeres locales. De hecho, no se trata de discriminación de género sino de protección de género. No tiene sentido juzgar si una política es buena sin contar con los medios de vida reales de la gente.