¿Es suficientemente racional confiar en la ley para protegerse?
Los corazones de las personas son diferentes y cada uno tiene sus propios planes. Ya sea en la vida diaria o en la competencia en el lugar de trabajo, aunque no se causa daño a los demás, es razonable estar en guardia contra los demás. Esto llevó a una mentalidad de sospecha e intriga mutuas. Competir entre nosotros de forma sana es bueno. La clave es tolerarnos y comunicarnos unos con otros, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. No todo el mundo tiene ideas afines, independientemente de las ganancias y las pérdidas, nuestra mentalidad es igual. Debe poder ajustar de manera flexible su mentalidad, pensamiento y habilidades para tratar con los demás. De lo contrario, ni el pan ni el amor están garantizados. Deberíamos mejorar gradualmente nuestra fuerza competitiva y recordarnos siempre que debemos estar tranquilos, serenos y ser nosotros mismos. Siempre surgirán oportunidades. En cuanto a si los demás confían y se llevan bien entre sí, esto no puede cambiarse mediante el pensamiento subjetivo. Entonces, pase lo que pase, esperaremos a que aparezcan personas con ideas afines. Al comienzo de la vida, es bondadoso y solo quiere involucrarse en la sociedad, trabajar duro y estar en contacto con personas y cosas complejas y en constante cambio, por lo que se verá más o menos afectado por factores objetivos. lo que conducirá a cambios en su mentalidad y perspectiva. Como dice el refrán, quienes entienden la actualidad son héroes. Diferentes personas tienen sus propios pequeños cálculos. Se dejarán tentar por los "intereses" y se volverán menos racionales y sobrios. ¿Se dejarán llevar por la corriente o vivirán una vida de total honestidad e integridad? Tan grande como es el corazón, tan grande como es el escenario. Los pensamientos determinan el éxito o el fracaso, y los buenos pensamientos pueden generar resultados positivos. En realidad, la gente se deja engañar por la codicia. Si son puros de corazón, pueden ser demasiado complacientes y pesimistas. Sin embargo, si son ambiciosos, codiciosos e intrigantes, inevitablemente se perderán y se dañarán a sí mismos y a los demás, lo que conducirá a un círculo vicioso. Por lo tanto, deben ser objetivos y racionales, examinar sus propias ideas, sopesar los pros y los contras y actuar con mesura.