Moon Jae-in recibió la medalla más alta de Corea del Sur. ¿La vieja vende melones o se merece lo que se merece?
Pero objetivamente hablando, la concesión por parte de Moon Jae-in de la medalla más alta de Corea del Sur es algo merecida. Antes de dejar el cargo, Moon publicó un libro blanco sobre sus logros durante sus cinco años en el poder, con un tono de alto perfil. Creía que había dejado muchos activos políticos exitosos, que no sólo permanecerían en la historia de Corea del Sur, sino que también se convertirían en las políticas y referencias de los sucesivos gobiernos coreanos en el futuro. Algunos internautas también dijeron que la señora Wang tenía razón al vender melones y alardear de sí misma. La clave es si este "melón" es dulce o no.
Durante los cinco años de la administración de Moon Jae-in, aunque la economía de Corea del Sur ha estado en un punto bajo y el PIB per cápita ha sido mucho menor que el de la administración de Park Geun-hye (especialmente el mercado inmobiliario La política ha sido criticada), Moon Jae-in todavía Hay algunas cosas que son notables o registradas en la historia, como la represión de los chaebols desde abajo y la promoción de la equidad social. ¡Lo más destacado es la exitosa reforma judicial! En particular, impulsó la reforma de los órganos de la fiscalía y logró importantes avances (éxitos).
Con la pincelada de Moon Jae-in, las enmiendas al Código de Procedimiento Penal de Corea del Sur y la Ley de la Fiscalía Suprema se han convertido oficialmente en textos legales, y el poder de investigación de 74 años de los fiscales surcoreanos ha sido oficialmente abolido. Esto es algo que varios presidentes surcoreanos han querido hacer pero no han podido lograr. Moon Jae-in lo hizo de una vez. No es sólo una cuestión de coraje y determinación, sino también de suerte y perseverancia.
No existe lo mejor, solo lo mejor. Casi todos los expresidentes surcoreanos tienen un final malo y casi se han convertido en una profesión de alto riesgo. Esta parece ser la maldición de la Casa Azul. Esto no es sólo una desgracia personal para el presidente, sino también una tragedia para la República de Corea. Moon Jae-in básicamente logró romper esta maldición. A partir de ahora, el expresidente surcoreano podrá aterrizar sano y salvo y disfrutar de su vejez. Desde esta perspectiva, la contribución de Moon Jae-in no es pequeña. Al menos puso fin a la era en la que los fiscales investigaban deliberadamente al expresidente.
De hecho, el procesamiento es sólo una herramienta en manos del presidente en ejercicio y es el resultado inevitable de la liquidación política, formando así un círculo vicioso. La adopción de reformas judiciales por parte de Moon Jae-in no solo le permite bajar la montaña tranquilamente después de dejar el cargo, sino que también permite que los futuros ex presidentes no tengan que preocuparse. Desde esta perspectiva, Yoon Xiyue realmente debería agradecer a Moon Jae-in. Cinco años después, ya no estará al límite.