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¿Qué pasará con Snowden al final? ¿A dónde ir? ¿O muerto?

Dondequiera que vaya Snowden, aunque la relación entre los países pertinentes y Estados Unidos se pondrá a prueba en el corto plazo, también existe una tendencia inherente a debilitarla. Después de todo, si Snowden pertenece o no a Estados Unidos es secundario en relación con el panorama más amplio de las relaciones internacionales.

Snowden, que se encuentra varado en la zona de tránsito del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, se ha convertido cada vez más en una variable importante en las relaciones internacionales desde que salió a la luz el escándalo Prism. No sólo los países bajo vigilancia, sino también los aliados tradicionales de Estados Unidos se enfrentan a pruebas en sus relaciones con Estados Unidos. El paradero de Snowden también está poniendo a prueba la relación entre los países relevantes y Estados Unidos.

¿Hay una próxima parada para Snowden? La clave depende de la reacción del país que solicita asilo político. A juzgar por la propia lista divulgada, se puede ver que Snowden tomó la iniciativa de romper el punto muerto. Los países nórdicos incluidos en la lista han expresado su rechazo a la solicitud, que constituye objetivamente un "cribado" del posible destino de Snowden. El propio Snowden también ha iniciado una segunda ronda de "selección" de la lista. El 2 de julio, el secretario de prensa presidencial ruso, Peskov, confirmó que Snowden había renunciado a su intención de permanecer en Rusia después de enterarse de que el presidente ruso Vladimir Putin había propuesto la condición de "no dañar los intereses estadounidenses".

Que un país acepte a Snowden depende de dos puntos: primero, si la relación entre el país y Estados Unidos tiene influencia global. Si existe tal impacto, entonces es necesaria una evaluación completa de las ondas de choque generadas por la admisión de Snowden. Después de todo, aceptar a Snowden resaltaría la competitividad más que la cooperación con Estados Unidos. Por lo tanto, cuantos más países importantes tengan competencia y cooperación sustanciales con Estados Unidos, más cautelosos serán. El segundo punto es si puede resistir la presión diplomática ejercida por Estados Unidos. Si esta presión diplomática es tolerable y coherente con la filosofía diplomática del país en cuestión, entonces aceptar a Snowden sería positivo. Estas dos consideraciones explican por qué rusos y venezolanos difieren en sus actitudes hacia Snow.

Así que, a juzgar por la situación actual, a Snowden todavía le queda la siguiente etapa de su viaje y no se verá obligado a considerar la zona de tránsito del aeropuerto Sheremetyevo como una "terminal feliz". Entonces, ¿adónde irá?

Al clasificar los 19 países donde Snowden ha expresado sus deseos, podemos obtener algunas pistas a grandes rasgos. De los 19 países, tres pertenecen al mismo país: Bolivia, Venezuela y Ecuador. Estos tres países pertenecen todos al "campo de la Alianza Bolivariana" de la izquierda sudamericana. En diferentes momentos de la historia diplomática contemporánea, estos tres países han mostrado su voluntad e incluso sus acciones de "enfrentar" a Estados Unidos, y mantienen estrechas relaciones con Cuba, otro importante país "antiamericano" de la lista. Se puede decir que es un evento de probabilidad relativamente alta que uno de estos países acepte a Snowden. Porque esto no sólo está en línea con su tradición diplomática, sino que también puede ganarse el apoyo de la izquierda sudamericana. Especialmente frente a la presión diplomática de Estados Unidos, estos países tienen tanto experiencia de respuesta como capacidades de respuesta conjunta. Por eso, los países sudamericanos han expresado su postura de acoger a Snowden en distintos grados. Esto tiene sus propios antecedentes.

También depende de hacia dónde vaya Snowden. Aunque pondrá a prueba la relación entre los países relevantes y Estados Unidos en el corto plazo, también existe una tendencia inherente a debilitarla. Después de todo, si Snowden pertenece o no a Estados Unidos es secundario en relación con el panorama más amplio de las relaciones internacionales.

Como hombre que expuso los terribles secretos del "frente invisible" y no buscó beneficio personal con ello, Snowden debería tener un lugar en este mundo. Si ha tocado el fondo legal y moral, en el complejo entorno del juego internacional, es imposible llegar a una conclusión consistente.