Mi maestro más respetado, Han, escribió 200 palabras.
Érase una vez, las matemáticas eran mi mayor dolor de cabeza. Cuando montones de fórmulas se precipitaron hacia mí y filas de números invadieron mi cerebro, sentí que no había esperanza para las matemáticas y que por mucho que lo intentara, nunca obtendría buenas notas...
Hasta ese día me llamaron a la oficina porque cometí un error en mi tarea. En ese momento, mi trabajo ya no era sólo blanco y negro, sino que añadía un contorno rojo intenso. El profesor Sun no me dijo la respuesta directamente, sino una pregunta de geometría complicada y aburrida. Bajo su dirección, parece que se han ido añadiendo ingredientes, se han solucionado las dificultades y mi pensamiento se ha ido abriendo poco a poco.
Poco a poco descubrí que la clase de matemáticas del profesor Sun era a la vez seria y divertida. Bajo su explicación, el conocimiento originalmente aburrido se volvió fácil de entender y aceptar. Los temas de los que habla se desglosan muy detalladamente y los puntos de conocimiento se integrarán en ellos. Siempre tenemos epifanías. Ella siempre puede conectar perfectamente la atmósfera del aula y el conocimiento. Cada clase nos presenta un mundo diferente, rico y colorido, haciéndonos sentir que la clase es una especie de disfrute, y siempre estamos esperando con ansias la llegada de la clase de matemáticas.
La profesora Sun es nuestra profesora de clase. Admiro particularmente la orientación del profesor sobre nuestra calidad ideológica. Es inevitable que los estudiantes tengan fluctuaciones en su pensamiento. Siempre que el Maestro Sun entienda algo, se comunicará con nosotros y nos guiará para evitar que nos extraviemos. La elocuencia del Maestro Sun es a menudo razonable y no puede ser refutada, lo que nos hace admirarnos unos a otros.
La maestra Sun no solo dirige la clase de manera ordenada, sino que también se preocupa profundamente por los estudiantes. Cuando hace mal tiempo, el maestro nos dirá que tengamos cuidado y prestemos atención a la seguridad en la carretera; el maestro muchas veces nos enseña algunos consejos de vida, hábitos de vida saludables, cómo protegernos ante el peligro, etc. Estas simples palabras hacen que los cálidos brotes de nuestros corazones crezcan lentamente...
El maestro es el líder en nuestro camino hacia adelante y el faro en mi camino de crecimiento. La vida se vuelve hermosa gracias a mi querida maestra. Un trozo de tiza escribe la trayectoria de la vida, y la etapa de nuestra juventud no puede quedar sin gloria. Una etapa maravillosa no sería posible sin el esmerado cuidado de los profesores. La suma, la resta, la multiplicación y la división no pueden contar cuánto esfuerzo nos ha puesto el maestro, ¡y la poesía no puede contar mi respeto por el maestro!
La maestra que más admiro es la Maestra Sun Yan. Ella se preocupa por nosotros, nos ama, nos anima, nos educa y nos guía por el camino correcto de la vida.