Quiero encontrar un amigo budista.
Dios es mi pastor. No lo quiero.
En verdes pastos me hace recostarme y por aguas tranquilas me conduce.
Él reaviva mi alma y me guía por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque camine por valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
Tu vara y tu cayado me consuelan.
Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos;
Unges mi cabeza y haces rebosar mi copa.
Ciertamente la misericordia me seguirá todos los días de mi vida, y en la casa del Señor habitaré para siempre.