La gente moderna presta atención a la educación, al igual que la gente antigua. ¿Cómo educaban los antiguos a sus hijos?
Primero, ser irresponsables con el público y tener dignidad. Es decir, no acuse a su hijo en público. Culpar frecuentemente a un niño delante de los demás dañará su autoestima. Con el tiempo, el niño se acostumbrará a ello y reforzará de forma invisible su comportamiento incorrecto. No ser responsable ante el público no significa tolerar el comportamiento de los niños, sino distinguirles entre el bien y el mal cuando sea apropiado. En segundo lugar, la vergüenza y el arrepentimiento se deben al autoexamen. Si el niño se ha dado cuenta de su error y se arrepiente de su error, los padres deben dejar de culparlo. Si los padres son persistentes, dañará la autoestima de sus hijos. También permitirá que los niños desarrollen el hábito de no disculparse. Como padres, debemos elogiar a nuestros hijos por corregir sus errores cuando saben que están equivocados.
En tercer lugar, el anochecer es irresponsable y no favorece el sueño. No culpes a tu hijo antes de acostarte. En este momento, el niño está en un estado de agotamiento y la educación de los padres entra por un oído y sale por el otro, y el efecto de la educación no es bueno. Además, regañar a los niños por la noche les impedirá dormir o les pondrá nerviosos y ansiosos, afectando su sueño y su salud física y mental. En cuarto lugar, una alimentación irresponsable puede provocar fácilmente una deficiencia del bazo. Regañar a los niños mientras comen afectará el bazo y el estómago del niño y no favorece el desarrollo de un ambiente familiar. Quinto, Qing es irresponsable y los meridianos están dañados. Culpar a un niño cuando está particularmente feliz hará que tenga grandes cambios de humor. Y no tiene ningún efecto educativo.
En sexto lugar, la enfermedad es irresponsable. No culpes a tu hijo cuando esté enfermo, porque en ese momento el niño es el más débil e indefenso. Los regaños excesivos harán que los niños se sientan inseguros, los entristecerán más y no son buenos para su salud. Séptimo, no hay nada más triste que el corazón muerto y la irresponsabilidad. El llanto es un proceso para que los niños sanen sus heridas emocionales. Si culpa al niño en este momento, desarrollará un complejo de inferioridad. Además, en este momento, la atención del niño está totalmente centrada en sí mismo y no escuchará en absoluto los consejos de sus padres. Por tanto, no se puede lograr el efecto educativo. ¿Estás de acuerdo con estos conceptos educativos de los antiguos?