Todo el mundo ama la belleza, excepto las mujeres. ¿Cómo se vestían los hombres antiguos?
Siempre que hay una ocasión importante, los hombres deben ducharse y cambiarse de ropa primero. Es muy importante mantenerlos limpios y bien vestidos. No creas que el perfume es sólo para mujeres. En la antigüedad, la ropa de los hombres se fumigaba con diferentes aromas, por un lado podían prevenir otros olores y, por otro, también podían actuar como perfume.
Después de ducharte y cambiarte de ropa, también es necesario rociarte perfume en la cabeza, que es un poco como el gel de peinado actual. Primero haz que tu cabello sea negro y liso, y luego elige un tocado adecuado. En la antigüedad, había muchas horquillas para el cabello para hombres, incluidas horquillas de madera, horquillas de oro, horquillas de plata, horquillas de jade y varios estilos de flores. Sin embargo, la mayoría de los hombres de las dinastías del Sur y del Norte usaban horquillas. Más tarde, con el desarrollo de la sociedad, la mayoría de los hombres llevaban horquillas.
Ya en la dinastía Han, hay registros de hombres aplicando polvos. En otras palabras, los hombres comenzaron a utilizar borlas para polvos en la dinastía Han. Se dice que existen dos tipos principales de borlas de polvo: el polvo de arroz y el polvo de plomo. Los fideos de arroz están hechos de cereales y no son tan eficaces como el polvo de plomo. Por eso el polvo de plomo era muy popular en aquella época. El modismo "lavar el plomo del plomo" se refiere al polvo de plomo. Ahora sabemos que el plomo tiene grandes propiedades blanqueadoras pero es tóxico. Se puede ver que esta afirmación es cierta. En la antigüedad, los hombres comenzaron a dedicarse al blanqueamiento.
Además, en la antigüedad, los hombres también utilizaban lápiz labial, bálsamo labial y medicina facial, que equivalen al lápiz labial, lápiz labial y mascarilla facial actuales. Este tipo de cosas era muy común en la dinastía Tang, probablemente porque la dinastía Tang era tan poderosa que los hombres tenían el tiempo y la energía para vestirse bellamente.