Las destacadas contribuciones de Richard Arkwright
En general, se cree que Arkwright fue un pionero en la aplicación de principios de gestión eficiente, proporcionando experiencia en gestión a la industria textil algodonera británica, una industria pilar de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, y haciendo contribuciones a acelerar la llegada de grandes empresas. Como empresario de la industria del hilado de algodón, Arkwright demostró talentos sobresalientes en la organización, coordinación y planificación de mano de obra, recursos financieros, recursos materiales y máquinas para la producción en masa, acelerando así el crecimiento de grandes empresas. Era un ejemplo típico de prácticas de gestión avanzadas en aquella época. Sus contribuciones a la producción en serie, la planificación del sitio, la coordinación de maquinaria, materiales, personal y capital, la disciplina fabril, la gestión del personal y la división del trabajo lo marcaron como un pionero en la aplicación de principios de gestión eficiente. En el libro "La revolución industrial del siglo XVIII", publicado en 1961, Paul Mando señaló que Arkwright era un empresario con magníficas habilidades de gestión. Él "encarnaba un nuevo tipo de gran fabricante, que no era ni ingeniero ni hombre de negocios, pero que combinaba las principales características de ambos, es decir, tenía su propio estilo único: el creador de grandes empresas, el productor, el organizador, el líder de la multitud”.
La máquina de hilar hidráulica Arkwright es uno de los inventos icónicos de los inicios de la revolución industrial. En 1768, el barbero Richard Arkwright construyó una máquina de hilar hidráulica y recibió una patente al año siguiente. Por ley, tiene una validez de catorce años. El propio Arkwright no trabajó en textiles ni en mecánica. En 1770 se hizo pasar por relojero y obtuvo una patente. Después de ser expuesta, el tribunal declaró inválida la patente. Sin embargo, conociendo el valor económico de la tecnología, Arkwright construyó una fábrica en las afueras de Nottingham, utilizando los rápidos del río Derwent como energía, y su máquina de hilar pasó a ser conocida como máquina de hilar hidráulica. El propio Arkwright se convirtió en el mayor propietario de una fábrica de hilo en Gran Bretaña en ese momento y el primero en Gran Bretaña en utilizar máquinas para producir a escala industrial. El hilo de Arkwright también se puede utilizar como urdimbre, pero la desventaja es que el grosor es desigual y sólo se puede tejer algodón fino, no algodón liso y liso.