El convertidor es uno de los equipos más importantes en la fabricación de acero moderna. Tiene un eje horizontal a ambos lados del cuerpo del horno. Durante la operación de producción, el cuerpo del horno gira alrededor de un eje horizontal mediante un dispositivo de inclinación mecánico. Según esta característica, la gente lo llama convertidor. El primer convertidor fue inventado por el inventor británico Henry Bessemer. Las necesidades de armamento y la guerra lo llevaron directamente a encontrar un nuevo método de fabricación de acero. A finales de 1854, cuando se probaron los nuevos proyectiles de artillería desarrollados por Bessemer en Asa Snow Range, los oficiales estaban preocupados por si los viejos cañones hechos de arrabio podrían resistir la fuerza explosiva de los proyectiles, Bessemer recordó: "Esto es A. chispa que le hizo plantearse la búsqueda de un nuevo método de fabricar acero." En aquella época, con la victoria de la Revolución Industrial, la industria fabril recurrió a la industria mecánica. La invención y el uso generalizado de las máquinas hicieron del acero el material industrial más básico. Los métodos anteriores de fabricación de acero no podían satisfacer las necesidades urgentes del desarrollo industrial y tecnológico. La primera persona que descubrió un nuevo método de fabricación de acero fue el estadounidense William Kelly. A finales de la década de 1940, descubrió que al refinar arrabio, agregar menos carbón y soplar más aire en el horno podía aumentar la temperatura en el horno. Este método no sólo ahorra carbón, sino que también puede refinar el hierro para convertirlo en acero. En 1851, Kelly construyó un nuevo horno de fabricación de acero, pero lo mantuvo estrictamente en secreto y lo mantuvo en secreto, lo que convirtió a Bessemer en el primer inventor en anunciar el método convertidor de fabricación de acero.
En 1855, Bessemer diseñó un horno de aproximadamente 1,22 metros de altura. Era un contenedor vertical fijo con seis toberas en el fondo, que podía agregar unos 350 kilogramos de arrabio fundido. Durante el experimento, la gente expresó grandes dudas al respecto. Incluso los artesanos que participaron en el experimento le advirtieron que soplar aire sin coque solidificaría el hierro fundido en el horno. Sin embargo, después de soplar aire desde el fondo del horno, la situación fue inesperada. Primero, el manganeso y el silicio del hierro fundido se oxidan formando humo marrón. Durante este proceso, el carbono del hierro fundido también se oxida formando dióxido de carbono. La temperatura del horno aumenta de 135 ℃ cuando el hierro fundido se vierte en el horno hasta aproximadamente 1600 ℃. La reacción es muy violenta, como una erupción volcánica. Todo el proceso dura unos 30 minutos y no requiere ningún combustible para fundir un horno de acero. Luego cambió el horno de fabricación de acero de una estructura fija a un lado, lo que facilitó el vertido del acero fundido. De esta forma, el horno de acería se convierte en un horno giratorio, es decir, un convertidor. En 1857 Bessemer recibió una patente para este invento.