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Una breve historia de la invención de los tornillos

La primera persona que describió una espiral fue el científico griego Arquímedes (alrededor del 287 a. C. - 212 a. C.). La espiral de Arquímedes era una espiral gigante dentro de un cilindro de madera que se utilizaba para elevar agua de un nivel a otro para regar los campos. Es posible que el verdadero inventor no haya sido el propio Arquímedes. Quizás simplemente estaba describiendo algo que ya existía. Quizás fue diseñado por artesanos del antiguo Egipto para aprovechar el riego a ambos lados del río Roy.

En la Edad Media, los carpinteros utilizaban clavos de madera o metal para unir muebles a las construcciones de madera. En el siglo XVI, los fabricantes de clavos comenzaron a producir clavos con alambres en espiral que podían conectar cosas de manera más segura. Este es un pequeño paso de estos clavos a los tornillos.

Alrededor del año 1550 d.C., aparecieron en Europa las primeras tuercas y tornillos metálicos como sujetadores, todos ellos hechos a mano en sencillos tornos de madera.

El destornillador (destornillador) apareció en Londres hacia 1780. Los carpinteros descubren que apretar los tornillos con un destornillador mantiene las cosas en su lugar mejor que martillarlas, especialmente cuando se trata de tornillos de grano fino.

En 1797, Maudslay inventó el torno de tornillo de precisión totalmente metálico en Londres. Al año siguiente, Wilkinson construyó una máquina para fabricar tuercas y tornillos en Estados Unidos. Ambas máquinas producen tuercas y tornillos universales. Los tornillos eran muy populares como componentes de fijación porque se había encontrado una forma económica de producirlos.

En 1936, Henry M. Philips solicitó una patente para tornillos con cabeza empotrada en cruz, lo que marcó un enorme progreso en la tecnología básica de tornillos. A diferencia de los tornillos de cabeza ranurada tradicionales, los tornillos de cabeza ranurada tienen un borde. Este diseño permite que el destornillador se centre automáticamente y evite que se deslice, por lo que es muy popular. Tuercas y pernos universales conectan piezas metálicas entre sí. Así, en el siglo XIX, la madera utilizada para fabricar máquinas y construir casas pudo ser reemplazada por pernos y tuercas de metal.