¿Por qué Sócrates se suicidó bebiendo veneno?
La razón por la que los sabios y los grandes hombres son grandes es porque tienen algo más elevado que la vida en sus corazones y están dispuestos a sacrificarlo todo por sus creencias. Es la dedicación "desinteresada" de estas personas la que promueve el progreso continuo de esta sociedad.
Sócrates no dudó en sacrificar su propia vida para salvaguardar la dignidad de la ley. Esto no sólo reflejaba sus nobles sentimientos morales, sino que también reflejaba su confianza en la autoridad y santidad de la ley. Cuando el valor del orden legal y el valor de la justicia no podían coexistir, eligió el valor del orden. Fue esta elección que Lao Su hizo con su vida la que promovió el progreso continuo de la civilización jurídica en las generaciones posteriores.
Introducción al evento
Sócrates fue un famoso filósofo de la antigua Grecia. Tenía una amplia gama de aficiones, le gustaba pensar y criticar y, a menudo, inculcaba teorías aparentemente antidogmáticas a los jóvenes de la época. Debido a que el comportamiento de Sócrates amenazaba la centralización de los gobernantes de la iglesia, Sócrates fue ejecutado en Atenas en el año 339 a. C. por demócratas de la iglesia por "corromper a la juventud".
Leitos, un escritor de tragedias desconocido en ese momento, y otros dos acusaron a Sócrates de "faltarle el respeto a los dioses adorados por el estado y corromper a la juventud promoviendo otros nuevos dioses". Sócrates fue llevado ante los tribunales. Sócrates pronunció un apasionado discurso ante el tribunal, afirmando que era inocente y creía que sus palabras y hechos no eran crímenes sino beneficiosos para la sociedad.
Como resultado, fue condenado a muerte. Durante su encarcelamiento, su amigo Critón y otros sobornaron a los carceleros y formularon un plan de fuga, instándolo a escapar. Pero desobedeció resueltamente las órdenes y creyó que se debían obedecer las leyes del país. La noche antes de su ejecución, envió a su esposa y a sus familiares fuera de la celda, charló con Critón y otros sobre la inmortalidad del alma y luego, con calma, tomó el veneno de la mano del carcelero y lo tragó de un solo trago. .