Próximamente se implementará la "Ley contra la violencia doméstica". Por favor haga una o dos sugerencias constructivas.
La introducción de la ley contra la violencia doméstica merece elogios públicos. Sin embargo, una ley por sí sola no es suficiente para salvar a las víctimas de violencia doméstica. Mejorar la legislación es sólo el primer paso para frenar la violencia doméstica.
Para detener la violencia doméstica, el paso más crítico es saber que la violencia doméstica ocurre, y este es precisamente el problema más difícil de abordar para la propia ley. Una encuesta de 2011 realizada por la Federación Panchina de Mujeres y la Oficina Nacional de Estadísticas mostró que el 24,7% de las mujeres chinas habían sufrido violencia como insultos, palizas y relaciones sexuales forzadas por parte de sus cónyuges. Esta cifra es bastante grande, sin mencionar que existe. Hay muchas víctimas masculinas que han sido ignoradas. Sin embargo, en comparación con el número de víctimas, los organismos judiciales de nuestro país manejan muy pocos casos de violencia doméstica cada año, y las víctimas denuncian incluso menos casos. Chai Jie, vicepresidenta de la Federación de Mujeres de Taiyuan, presentó una vez una estadística: sólo el 10% de los incidentes de violencia doméstica pueden hacerse públicos.
La legislación sobre violencia doméstica proporciona a las víctimas armas legales para protegerse, pero es posible que las víctimas no tengan la voluntad y el coraje para presentarse. Por un lado, muchas víctimas se sienten amenazadas por la violencia de sus cónyuges y temen mayores represalias después de denunciar el delito; por otro lado, algunas víctimas creen que la violencia doméstica es un “escándalo familiar” que no puede hacerse público y se avergüenzan; para decirle a los demás. Para resolver estos problemas, es necesario tomar medidas de intervención más específicas. Por ejemplo, las federaciones de mujeres en todos los niveles y las organizaciones autónomas de residentes de base (aldeas) deberían asumir la responsabilidad de investigar si hay violencia doméstica no detectada en sus jurisdicciones y pagar con prontitud. Atención a personas con signos de violencia familiar.
Las agencias estatales y la opinión pública también deberían publicitar activamente los peligros de la violencia doméstica, aclarar los conceptos erróneos del público y hacer saber a la gente que no es vergonzoso ser víctima, sino sólo los perpetradores. Sólo con la cooperación de estas medidas de apoyo podrá la ley contra la violencia doméstica desempeñar su mayor papel y convertirse verdaderamente en el santo patrón de las víctimas de la violencia doméstica.
Para resolver el problema de la violencia doméstica desde la raíz, debemos enfrentarnos a un enemigo mayor: la desigualdad de estatus social entre hombres y mujeres. Las investigaciones muestran que la violencia doméstica tiende a ser más grave en países donde la brecha de estatus entre hombres y mujeres es enorme. En China, la violencia doméstica ocurre con mucha más frecuencia en las zonas rurales donde las mujeres tienen un estatus inferior que en las zonas urbanas. Nuestro país lleva mucho tiempo promulgando leyes para proteger la igualdad de género, pero todavía existen problemas. Por lo tanto, incluso si se adoptan medidas legales obligatorias, el problema de la desigualdad de género será difícil de resolver en poco tiempo. La historia, la cultura, la estructura social, los hábitos de vida y las relaciones de producción de una sociedad son todas fuentes de desigualdad social. Para eliminar verdaderamente esta desigualdad, debemos confiar en los esfuerzos incansables de toda la sociedad.
La promulgación de la “Ley Contra la Violencia Doméstica” ha supuesto un buen comienzo para solucionar el problema de la violencia doméstica, pero aún quedan muchas cosas por hacer por parte de la sociedad en términos de ayudar a las posibles víctimas y erradicarlas. el suelo de la violencia. Sólo mejorando continuamente las medidas integrales para abordar la violencia doméstica podrá la sociedad finalmente hacer realidad su deseo de eliminar la violencia doméstica.