Red de Respuestas Legales - Derecho empresarial - 1. ¿Cuáles son los contenidos básicos de la democracia occidental?

1. ¿Cuáles son los contenidos básicos de la democracia occidental?

Esta es una nueva colección de ensayos sobre los principios básicos de los sistemas democráticos compilados por la Oficina de Información Internacional (IIP) del Departamento de Estado de Estados Unidos. El corpus * * * contiene 12 artículos.

1. Visión general: ¿Qué es la democracia?

La palabra democracia proviene de la palabra griega "demos", que significa pueblo. En una democracia, el pueblo tiene soberanía suprema sobre los legisladores y el gobierno.

Si bien existen diferencias sutiles entre las democracias del mundo, los gobiernos democráticos tienen principios y métodos de operación específicos que difieren de otras formas de gobierno.

La democracia es un gobierno en el que todos los ciudadanos ejercen sus poderes y responsabilidades cívicas, ya sea directamente o a través de sus representantes libremente elegidos.

La democracia es un conjunto de principios y comportamientos que protegen la libertad humana; es la expresión institucionalizada de la libertad.

La base de la democracia es el principio de decisión mayoritaria y el respeto a los derechos de los individuos y de las minorías. Todas las democracias se esfuerzan por proteger los derechos fundamentales de los individuos y las minorías respetando al mismo tiempo los deseos de la mayoría.

Los países democráticos deben tener cuidado de no permitir que el gobierno central tenga el poder supremo. El poder gubernamental está descentralizado hacia las regiones y localidades. Los gobiernos locales deben ser lo más abiertos posible al pueblo y responder a sus demandas.

Un gobierno democrático sabe que su función principal es proteger los derechos humanos fundamentales, como la libertad de expresión y de religión, el derecho de todas las personas a la igualdad ante la ley y la oportunidad del pueblo de organizarse. y participar plenamente en la vida social, política, económica y cultural.

Las democracias celebran periódicamente elecciones libres y justas en las que participan todos los ciudadanos. Las elecciones en un país democrático no serán un escaparate para un dictador o un partido político único, sino una verdadera competencia por el apoyo del pueblo.

La democracia permite a los gobiernos adherirse al Estado de derecho, garantizando que todos los ciudadanos reciban igual protección ante la ley y que sus derechos estén protegidos por el sistema judicial.

Los sistemas democráticos son diversos y reflejan las características políticas, sociales y culturales de cada país. Son los principios fundamentales, no las formas específicas, los que determinan un sistema democrático.

En un país democrático, los ciudadanos no sólo tienen derechos sino que también tienen la responsabilidad de participar en el sistema político a través del cual se protegen sus derechos y libertades.

Las sociedades democráticas persiguen los valores de tolerancia, cooperación y compromiso. Las democracias se dan cuenta de que lograr * * * conocimiento requiere compromiso y que lograr * * * conocimiento es a menudo imposible. En palabras de Mahatma Gandhi: "La intolerancia en sí misma es una forma de violencia y un obstáculo para el desarrollo de un verdadero espíritu democrático".

Decisión de la mayoría y derechos de las minorías

Sobre. A primera vista, la mayoría de las decisiones parecen violar el principio de protección de los derechos de los individuos y las minorías. Pero, de hecho, son un par de pilares fundamentales que sustentan lo que llamamos democracia.

El gobierno de la mayoría es una forma de organizar el gobierno y decidir los asuntos públicos, no otra forma que conduzca a la represión. Así como ningún grupo autoproclamado tiene derecho a oprimir a otros, el grupo mayoritario, incluso en una democracia, no debería privar a minorías o individuos de sus derechos y libertades fundamentales.

Las minorías, independientemente de su origen étnico, creencias religiosas, ubicación geográfica o nivel de ingresos, o simplemente porque han sido derrotadas en elecciones o foros políticos, están protegidas por derechos humanos fundamentales que no pueden ser anulados por ningún gobierno o desposeer a cualquier grupo mayoritario, sea elegido o no.

Las minorías étnicas deben confiar en que el gobierno protegerá sus derechos e identidades. Una vez que tengan esta confianza, estos grupos podrán participar y contribuir al funcionamiento de sus propias instituciones democráticas.

Los derechos humanos básicos que cualquier gobierno democrático debe proteger incluyen: la libertad de expresión, la libertad de religión y de creencias, el debido proceso y la igual protección de la ley, y el derecho a organizarse, hablar públicamente, expresar disentir y participar plenamente en la vida social libre.

Los gobiernos democráticos reconocen que una de sus tareas principales es proteger los derechos de las minorías étnicas a mantener su identidad cultural, costumbres sociales, conciencia personal y prácticas religiosas.

Uno de los mayores desafíos que puede enfrentar un gobierno democrático es llegar a un acuerdo con grupos étnicos y culturales que son extraños, si no extraños, para la mayoría de la gente. Pero los gobiernos democráticos se dan cuenta de que la diversidad puede ser una gran ventaja. Las democracias ven estas diferencias en características, culturas y valores como un desafío que puede hacerlas más fuertes y más satisfactorias, no como una amenaza;

No existe una respuesta única sobre cómo resolver las diferencias causadas por puntos de vista y valores minoritarios. Sólo una cosa es segura: sólo a través de un proceso democrático de tolerancia, diálogo y voluntad de compromiso podrá una sociedad libre hacer realidad los principios gemelos de decisión de la mayoría y derechos de las minorías.

3. La relación entre el gobierno civil y el ejército.

Las cuestiones de la guerra y la paz son extremadamente graves para cualquier país. En tiempos de crisis, muchos países recurren al liderazgo militar.

Pero este no es el caso en las democracias.

En una democracia, la paz versus la guerra u otras cuestiones que amenazan la seguridad nacional son las cuestiones más importantes que enfrenta la sociedad y deben ser decididas por el pueblo a través de sus representantes electos. El ejército de un país democrático sirve al país, no lo dirige. Los líderes militares sirven como asesores de los líderes electos e implementan sus decisiones. Sólo los dirigentes elegidos por el pueblo tienen el derecho y la responsabilidad de determinar el destino del país.

De modo que la idea de que los funcionarios civiles comandan el ejército y que el poder civil es superior al poder militar es la base de la democracia.

Los funcionarios públicos son necesarios para comandar el ejército nacional y ser responsables de las decisiones de defensa nacional, no porque sean necesariamente más inteligentes que los soldados profesionales, sino porque son representantes del pueblo, como representantes del pueblo; Tenemos la responsabilidad de tomar estas decisiones y por ello asumir la responsabilidad.

El ejército de un país democrático existe para proteger el país y la libertad del pueblo. No representa ni respalda ninguna opinión política ni ningún grupo étnico o social. Es fiel al concepto más amplio de país y a los principios del Estado de derecho y la democracia misma.

El mando civil del ejército puede garantizar que el sistema de valores del país, los diversos sistemas organizativos y las políticas provengan de las elecciones libres del pueblo y no de la voluntad de los militares. El propósito del ejército es defender la sociedad, no moldearla.

Cualquier gobierno democrático valora el conocimiento y el asesoramiento profesional de los soldados profesionales a la hora de tomar decisiones sobre seguridad y defensa nacional. En estos asuntos, los funcionarios civiles dependen de la experiencia de los militares y de ellos para implementar las decisiones gubernamentales. Pero las decisiones finales sólo pueden ser tomadas por líderes civiles electos y luego implementadas por los militares dentro de su mandato.

Por supuesto, los miembros del ejército pueden participar plena y equitativamente en la vida política del país como otros ciudadanos, pero sólo como votantes y como individuos. Los soldados deben retirarse antes de poder entrar en la política; los militares siempre deben estar separados de la política. El ejército es el servidor neutral del Estado y el protector de la sociedad.

En última instancia, el mando civil del ejército garantiza que los valores democráticos básicos (toma de decisiones por mayoría, derechos de las minorías, libertad de expresión, libertad religiosa y debido proceso legal) no se vean comprometidos en cuestiones de defensa y seguridad nacional. pérdida. Todos los líderes políticos tienen la responsabilidad de ejercer control civil sobre los militares y hacerlos responsables de las órdenes legítimas del gobierno civil.

4. Partidos políticos

Para preservar y defender los derechos y libertades individuales, las personas en una democracia deben trabajar juntas para crear su propio gobierno. Los partidos políticos son el vehículo principal para tales esfuerzos.

Los partidos políticos son organizaciones voluntarias que vinculan al pueblo y al gobierno. Los partidos políticos nominan candidatos para cargos públicos, hacen campaña para que sean elegidos y movilizan a la gente para que participe en la elección de líderes gubernamentales.

El partido mayoritario (o el partido que gana las elecciones) trabaja para establecer un conjunto de políticas y programas a través de la legislación. Los partidos de oposición son libres de criticar las opiniones políticas del partido mayoritario y proponer sus propios planes.

Los partidos políticos brindan una manera para que los ciudadanos responsabilicen a los funcionarios electos del partido por su desempeño.

Los partidos democráticos creen firmemente en los principios democráticos, por lo que incluso si sus líderes no están en el poder, reconocen y respetan la autoridad del gobierno democráticamente elegido.

Como cualquier sistema democrático, la composición de los miembros de los partidos refleja las diferentes circunstancias en las que se desarrollaron esos partidos. Algunos partidos son pequeños y se centran en un conjunto de creencias políticas. Otros partidos políticos están organizados sobre la base de los mismos intereses o antecedentes económicos. Otros partidos son alianzas flexibles de ciudadanos diversos que sólo pueden unirse durante las elecciones.

Todos los partidos democráticos, grandes o pequeños, se basan en los principios de compromiso y tolerancia. Saben que sólo a través de amplias alianzas y cooperación con otros partidos y organizaciones políticas pueden formar una fuerza de liderazgo que gane el apoyo de la gente de todo el país y tenga un objetivo unificado.

Los partidos demócratas se dan cuenta de que las opiniones políticas son dinámicas y que el conocimiento a menudo puede surgir de la confrontación de la paz, la libertad y las ideas y valores abiertos.

La oposición leal es un concepto importante en todas las democracias. Significa que todos los partidos en el debate político, sin importar cuán profundas sean sus diferencias, defienden valores democráticos fundamentales como la libertad de expresión y de creencias y la igualdad de protección ante la ley. El partido perdedor asumió el papel de oposición, confiando en que el sistema político continuaría protegiendo su libertad de organización y su libertad de expresión. Después de un tiempo, los partidos de la oposición tienen la oportunidad de presentarse nuevamente a las elecciones, promover sus ideas y ganar el voto popular.

En una democracia, la lucha entre partidos políticos no es una lucha por la supervivencia; es una lucha por servir al pueblo.

5. Responsabilidad ciudadana

Un gobierno democrático se diferencia de un régimen autoritario en que su propósito es servir al pueblo. Pero los ciudadanos de una democracia también deben aceptar respetar las reglas y obligaciones que rigen la ciudadanía. Las democracias otorgan a los ciudadanos muchas libertades, incluida la libertad de expresar desacuerdo o criticar al gobierno.

Ser ciudadano de un país democrático requiere participación, racionalidad y paciencia.

Los ciudadanos en una democracia saben que no sólo tienen derechos sino también responsabilidades. Se dan cuenta de que la democracia requiere tiempo y esfuerzo, que un gobierno del pueblo requiere la atención y el apoyo constantes del pueblo.

En algunas democracias, la participación ciudadana significa que los ciudadanos deben formar parte de jurados, realizar el servicio militar obligatorio o participar en un período de servicio nacional voluntario. En todas las democracias, el respeto a la ley es la obligación más importante. También es deber de los ciudadanos pagar sus propios impuestos, aceptar el liderazgo de un gobierno electo y respetar los derechos de las personas con opiniones diferentes.

Los ciudadanos de las democracias saben que deben ser responsables ante la sociedad si quieren beneficiarse de la protección de sus derechos por parte de la sociedad.

En una sociedad libre, hay un dicho que dice que tu gobierno eres tú. Para que una democracia tenga éxito, los ciudadanos deben ser proactivos en lugar de reactivos, sabiendo que el éxito o el fracaso de su gobierno depende de ellos y que son responsables de ello. Asimismo, los funcionarios del gobierno saben que todos los ciudadanos deben ser tratados por igual y que el soborno no debe permitirse en un gobierno democrático.

En una democracia, las personas insatisfechas con los líderes pueden organizarse y exigir pacíficamente un cambio, o en elecciones regulares, pueden destituir a esos líderes.

No basta con depender de referendos ocasionales para mantener saludables los sistemas democráticos. Requiere atención sostenida, tiempo y compromiso de un gran número de ciudadanos. Los ciudadanos, a su vez, dependen del gobierno para proteger sus derechos y libertades.

Los ciudadanos de las democracias se unen a partidos políticos y ayudan a sus candidatos preferidos. Aceptan que su partido no puede permanecer en el poder para siempre.

Pueden postularse para un cargo o ser designados para ejercer el cargo por un período de tiempo.

Utilizan la prensa libre para expresar sus puntos de vista sobre temas locales y nacionales.

Se afilian a sindicatos, sociedades y asociaciones empresariales.

Se unen a organizaciones voluntarias privadas con intereses similares, ya sea que se trate de religión, cultura nacional, investigación académica, deportes, arte, literatura, desarrollo de viviendas, intercambios de estudiantes internacionales o cientos de otras actividades diversas.

Todos estos grupos, independientemente de si están afiliados o no relacionados con el gobierno, contribuyen a la prosperidad y la salud de sus instituciones democráticas.

6. Libertad de prensa

En un país democrático, el funcionamiento de los medios de comunicación no debe estar controlado por el gobierno. Ningún departamento de un gobierno democrático regula el contenido de los periódicos ni las actividades de los periodistas; no exige que los periodistas se sometan a la censura estatal y no los obliga a afiliarse a sindicatos controlados por el gobierno;

Una prensa libre informa al público, responsabiliza a los líderes y sirve como foro para la discusión de cuestiones locales y nacionales.

Las democracias cultivan los medios de comunicación libres. Un poder judicial independiente, una sociedad civil regida por el estado de derecho y la libertad de expresión son factores propicios para mantener la libertad de prensa. La libertad de prensa debe estar protegida por la ley.

En una democracia, el gobierno es responsable de sus propias acciones. Por tanto, los ciudadanos esperan conocer las decisiones que el gobierno toma en nombre del pueblo. Como herramienta para monitorear al gobierno, los medios de comunicación promueven el uso de este "derecho a saber" para ayudar a los ciudadanos a responsabilizar al gobierno y cuestionar las políticas gubernamentales. Los gobiernos democráticos permiten a los periodistas asistir a reuniones gubernamentales y obtener documentos oficiales, sin restricciones previas sobre lo que informan o publican.

Los propios medios informativos deben actuar con responsabilidad. Los medios de comunicación responden a las quejas sobre sus excesos y los hacen responsables internamente, a través de asociaciones comerciales, consejos de prensa independientes y "investigadores" internos responsables de las quejas públicas.

La democracia requiere que el público tome decisiones y elija. Para que los medios de comunicación sean creíbles, los periodistas deben proporcionar informes objetivos basados ​​en fuentes e información confiables. El plagio y la información distorsionada son perjudiciales para la prensa libre.

Las organizaciones de noticias deben establecer sus propios departamentos editoriales que no estén controlados por el gobierno y separar la recopilación y difusión de noticias de los comentarios.

Los periodistas no deben dejarse influenciar por la opinión pública, sino que deben tomar la búsqueda de la verdad como su propia responsabilidad y hacer todo lo posible para acercarse a la verdad. Las democracias permiten que los medios de comunicación recopilen y divulguen información sin temor al gobierno ni parcialidad del gobierno.

Las democracias crean una competencia perpetua entre dos derechos: la responsabilidad del gobierno de proteger la seguridad nacional y el derecho del pueblo a saber, que depende de la capacidad de los periodistas para obtener información. A veces los gobiernos necesitan restringir información que se considera demasiado sensible para ser divulgada al público. Sin embargo, en una democracia, los periodistas tienen todo el derecho a buscar esta información.

7. Federalismo

Cuando personas libres de diferentes grupos étnicos con diferentes idiomas, creencias religiosas o normas culturales están dispuestas a vivir juntas bajo un sistema constitucional reconocido, esperan disfrutar de un cierto grado de autonomía local e igualdad de oportunidades para el desarrollo económico y social. En un sistema federal, los gobiernos locales, regionales y nacionales están descentralizados y los funcionarios electos son responsables de desarrollar e implementar políticas que aborden las necesidades locales y regionales. Los gobiernos locales y regionales trabajan con el gobierno nacional y entre sí para resolver muchos de los problemas que enfrenta el país.

El federalismo es un sistema elegido libremente en el que dos o más gobiernos gobiernan a la misma población y las mismas regiones, compartiendo el poder y la toma de decisiones. El federalismo no sólo otorga poder de toma de decisiones a los gobiernos de alto nivel, sino que también otorga poder de toma de decisiones a las comunidades locales directamente afectadas por las decisiones y protege este poder.

El federalismo permite a los gobiernos locales formular y hacer cumplir leyes, haciendo así que el gobierno rinda cuentas ante el pueblo y fomentando la participación ciudadana y el cumplimiento de las obligaciones cívicas.

Una constitución escrita solidifica el federalismo y establece la división de poderes y responsabilidades entre los distintos niveles de gobierno.

En general, se cree que los gobiernos locales deben servir a los gobiernos locales, mientras que algunos asuntos son mejor manejados por el gobierno nacional. Ejemplos de ello se citan a menudo como la defensa, los tratados internacionales, el presupuesto federal y el servicio postal.

Las ordenanzas locales reflejan los deseos de la comunidad local: las patrullas de policía y bomberos, la gestión escolar, la atención sanitaria local y las normas de construcción suelen ser establecidas y administradas por las autoridades locales.

Las relaciones intergubernamentales se refieren a los esfuerzos conjuntos de todos los niveles de gobierno (nacional, regional y local) en países federales cuando algunas cuestiones legalmente necesarias deben resolverse mediante la cooperación. Los gobiernos nacionales suelen tener el poder de mediar en disputas entre regiones.

En un país con un vasto territorio y una economía diversificada, las brechas de ingresos y bienestar social entre las diferentes regiones pueden ajustarse mediante la política de redistribución de impuestos del gobierno nacional.

El federalismo es sensible y tolerante.

Los ciudadanos son libres de postularse para cargos públicos en todos los niveles de gobierno: los gobiernos locales y regionales ofrecen a las personas los puestos más influyentes, y quizás las mayores oportunidades, dentro de sus propias comunidades.

El federalismo ofrece varias oportunidades para que los partidos políticos sirvan a sus electores. Incluso si un partido político no tiene mayoría en los órganos legislativos o ejecutivos nacionales, aún puede participar en la legislación y la administración a nivel regional y local.

8. Estado de derecho

En muchas épocas de la historia de la humanidad, gobernantes y ley son sinónimos: la ley es la voluntad del gobernante. El primer paso para deshacerse de esta tiranía es el Estado de derecho. El Estado de derecho incluye la idea de que los gobernantes también están obligados por la ley y deben gobernar de conformidad con la ley. La democracia va más allá y establece el Estado de derecho. Si bien ninguna sociedad o sistema de gobierno es perfecto, el estado de derecho protege los derechos políticos, sociales y económicos básicos y sirve como recordatorio de que la gente no puede simplemente elegir entre tiranía e incompetencia.

El estado de derecho significa que nadie, ya sea el presidente o un ciudadano común, está por encima de la ley. Los gobiernos democráticos gobiernan a través de medios legales y también están sujetos a la ley.

Las leyes deben expresar la voluntad del pueblo, no lo que piensan reyes, dictadores, líderes militares, líderes religiosos o partidos gobernantes autoproclamados.

Así, los ciudadanos en una democracia están dispuestos a respetar las leyes de la sociedad porque respetan sus propias reglas. La mejor forma de hacer justicia es cuando el pueblo dicta leyes que debe cumplir.

En una sociedad regida por el Estado de derecho, un sistema judicial fuerte e independiente debería tener el poder, la autoridad, los medios y el prestigio para hacer que los funcionarios del gobierno e incluso los altos líderes cumplan con la ley.

Por lo tanto, los jueces deben estar bien capacitados, ser profesionales, independientes e imparciales. Los jueces deben adherirse a los principios democráticos para poder desempeñar sus funciones necesarias en el sistema legal y político.

Las leyes en los países democráticos pueden provenir de muchas fuentes: constituciones escritas, leyes y reglamentos, ética religiosa, tradiciones y costumbres culturales. No importa de dónde venga, la ley debe contener disposiciones para proteger los derechos y libertades civiles:

Todos somos iguales ante la ley, y la ley no puede aplicarse sólo a una persona o un grupo.

Se debe proteger a los ciudadanos contra arrestos arbitrarios, registros irrazonables de sus hogares o incautaciones de bienes personales.

Los ciudadanos acusados ​​de un delito tienen derecho a un juicio público y rápido y a la oportunidad de confrontar a los fiscales y hacerles preguntas. Si son declarados culpables, no deben ser torturados ni castigados severamente.

No se debe obligar a los ciudadanos a dar testimonio contra sí mismos. Este principio protege a los ciudadanos de la coerción, los malos tratos o la tortura y reduce significativamente la tendencia de la policía a recurrir a estas tácticas.

9. Derechos Humanos

Todas las personas tienen sus derechos inherentes. Estos derechos permiten a las personas buscar la dignidad de la vida, por lo que no son un regalo de ningún gobierno, sino que deben ser protegidos por todos los gobiernos. La libertad basada en la justicia, la tolerancia, la dignidad y el respeto -independientemente de la nacionalidad, la religión, la afiliación política o la condición social- permite a las personas ejercer estos derechos fundamentales. Las dictaduras niegan los derechos humanos, pero las sociedades libres siguen luchando por los derechos humanos.

Los derechos humanos son interdependientes e indivisibles; existen en todos los aspectos de la vida social, política, económica y otros. El más ampliamente aceptado es:

Todos deberían tener derecho a formarse su propia opinión y a expresarla solos o en reuniones pacíficas. Una sociedad libre crea un "mercado libre de ideas" que permite a las personas intercambiar opiniones sobre una variedad de temas.

Todos deberían tener derecho a participar en el gobierno. Los gobiernos deberían promulgar leyes que protejan los derechos humanos, y el sistema de justicia debería hacer que estas leyes sean igualmente efectivas para todos.

La libertad de ser arrestado arbitrariamente, encarcelado y torturado es un derecho humano básico, incluso para los opositores al partido gobernante, las minorías étnicas e incluso los criminales. Las fuerzas policiales profesionales respetan a todos los ciudadanos al hacer cumplir las leyes del país.

En un país multiétnico, las minorías religiosas y étnicas deberían tener libertad para utilizar sus propias lenguas y mantener sus propias tradiciones sin miedo a las críticas de la mayoría. El gobierno debe reconocer los derechos de las minorías respetando al mismo tiempo los deseos de la mayoría.

Todos deberían tener la oportunidad de trabajar, ganarse la vida y mantener a sus familias.

Los niños deben recibir una protección especial. Deberían recibir al menos educación primaria y recibir nutrición y atención médica adecuadas.

Para proteger los derechos humanos, los ciudadanos de cualquier sociedad libre deben permanecer alerta. La responsabilidad ciudadana -a través de la participación en diversas actividades- garantizará que el gobierno siga siendo responsable ante el pueblo. La Liga de Naciones Libres está decidida a trabajar por la protección de los derechos humanos, determinación que ha sido afirmada en muchos tratados y convenciones internacionales de derechos humanos.

10. Poder Ejecutivo

Los líderes de un gobierno democrático gobiernan con el consentimiento de sus ciudadanos. El inmenso poder de estos líderes no proviene del control de miles de tropas o de la riqueza económica, sino del respeto a los límites establecidos por los votantes que participan en elecciones libres y justas.

A través de elecciones libres, los ciudadanos en una democracia otorgan a sus líderes los derechos previstos por la ley. La democracia constitucional es un sistema de separación de poderes: el legislativo elabora las leyes, el ejecutivo las hace cumplir y el judicial opera de forma independiente.

El líder de un gobierno democrático no es una dictadura elegida democráticamente ni un "presidente vitalicio". Tienen términos fijos y aceptan los resultados de elecciones libres, incluso si eso significa perder el poder.

En un sistema democrático constitucional, el poder administrativo suele estar sujeto a tres limitaciones: la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial del gobierno nacional; el sistema federal de descentralización de poderes entre el gobierno federal y el estatal; los gobiernos locales y los derechos fundamentales consagrados en la Constitución.

El poder ejecutivo del gobierno nacional está limitado por los poderes conferidos al legislativo por la Constitución y un poder judicial independiente.

En los sistemas democráticos modernos, el poder ejecutivo generalmente tiene dos formas organizativas: sistema parlamentario o sistema presidencial.

En un sistema parlamentario, el partido mayoritario en el cuerpo legislativo forma un gobierno encabezado por el primer ministro.

En un sistema parlamentario, dado que el primer ministro y los miembros del gabinete son elegidos en el parlamento, la legislación y el ejecutivo no están completamente separados. En este sistema, la oposición política es el principal medio para restringir o limitar las agencias administrativas.

En un sistema presidencial, la elección del presidente es independiente de la elección parlamentaria.

En un sistema presidencial, el presidente y el cuerpo legislativo tienen sus propias bases de poder y campos políticos, actuando así como controles y contrapesos.

La democracia sólo impone restricciones al gobierno, no un vacío. Así, en una democracia, el proceso de alcanzar un consenso sobre cuestiones nacionales puede ser lento, pero una vez alcanzado el consenso, los líderes gubernamentales pueden gozar de gran autoridad y confianza para actuar;

Los líderes de gobierno bajo un sistema democrático constitucional siempre actúan de acuerdo con la ley dentro del alcance de sus poderes determinados y restringidos por la ley.

11. Poder Legislativo

En una democracia, la función de los representantes electos, ya sean miembros del Parlamento, de la Asamblea Legislativa o de la Asamblea Nacional, es servir al pueblo. Desempeñan varios papeles clave en el funcionamiento saludable de una democracia.

En una democracia representativa, el cuerpo legislativo electo es el lugar principal para deliberar, debatir y aprobar asuntos legales. No son sellos de goma que acompañan las decisiones de los líderes autoritarios.

Los poderes de investigación y supervisión permiten a los legisladores cuestionar públicamente las acciones y decisiones de los funcionarios gubernamentales y sirven para limitar el poder de varias ramas del gobierno, especialmente en los sistemas presidenciales donde los poderes legislativo y ejecutivo están separados.

Los representantes legislativos tienen el poder de aprobar el presupuesto estatal, celebrar audiencias sobre cuestiones de emergencia y confirmar nombramientos ejecutivos en tribunales y ministerios. En algunas democracias, los comités legislativos son foros donde los legisladores consideran públicamente cuestiones nacionales.

Los representantes legislativos pueden apoyar al gobierno gobernante, o pueden convertirse en verdaderos oponentes políticos, proponiendo políticas y proyectos diferentes a los defendidos por el partido gobernante.

Los representantes legislativos tienen la responsabilidad de presentar sus puntos de vista de la manera más contundente posible. Sin embargo, deben respetar la ética democrática como la tolerancia, el respeto y el compromiso para llegar a un entendimiento que permita que el resultado final beneficie el bienestar general de todos, no sólo los intereses de sus partidarios políticos. Cada legislador debe decidir por sí mismo cómo equilibrar el bienestar de toda la población con las necesidades de los electores locales.

Los representantes legislativos a menudo celebran audiencias de simpatía para escuchar las quejas y preguntas de los electores y ayudarlos a obtener ayuda de la enorme agencia gubernamental. Los representantes legislativos suelen contar con un equipo bien capacitado.

Suele haber dos formas de elegir representantes legislativos nacionales. En una elección de primero en pasar el puesto, también se llama "primero en pasar el puesto". En los sistemas de representación proporcional, que se utilizan comúnmente en las elecciones parlamentarias, los votantes tienden a votar por partidos en lugar de individuos, y los representantes se eligen en función de los votos emitidos por cada partido.

La representación proporcional beneficia a muchos partidos pequeños y bien organizados. Un sistema de mayoría simple favorece un sistema bipartidista flexible. Sin embargo, los representantes legislativos en ambos sistemas adoptan las prácticas de debate, negociación, alianza y compromiso que son características de la legislación democrática.

Las legislaturas suelen adoptar un sistema bicameral y la nueva legislación normalmente debe ser aprobada por ambas cámaras.

12. Independencia judicial

Los jueces independientes y profesionales son la base para hacer que el sistema judicial -el sistema judicial- sea justo, imparcial y garantizado por la Constitución. Esta independencia no significa que los jueces puedan tomar decisiones basadas en sus propias opiniones, sino más bien que son libres de tomar decisiones conforme a la ley, incluso si sus decisiones van en contra de la voluntad del gobierno o de los grupos de poder involucrados.

En una democracia, los jueces están libres de presión política por parte de funcionarios electos y parlamentarios, lo que garantiza su imparcialidad. Las decisiones judiciales deben ser justas, basadas en hechos, fundamentos jurídicos, argumentos judiciales y leyes pertinentes, y no deben estar restringidas ni influenciadas indebidamente por ninguna parte relevante. Estos principios garantizan igual protección de la ley para todas las personas.

Los jueces tienen el poder de revisar las leyes públicas y declararlas violatorias de la constitución del país. Este es un mecanismo importante para impedir que los gobiernos –incluso aquellos elegidos por una mayoría del pueblo– abusen de su poder. Sin embargo, este poder requiere que el tribunal sea independiente y tenga la capacidad de tomar decisiones basadas en factores legales más que políticos.

Los jueces, ya sean elegidos o designados, deben tener puestos estables protegidos por la ley o la titularidad para que puedan tomar decisiones sin temor a presiones o ataques de quienes están en el poder. La sociedad civil reconoce la importancia de los jueces profesionales y les proporciona formación y salarios adecuados.

La autoridad y legitimidad del sistema judicial provienen principalmente de la confianza de la gente en su imparcialidad, es decir, se lo considera una rama "no politizada" del gobierno.

Sin embargo, los tribunales nacionales, al igual que otras instituciones, están inevitablemente sujetos a comentarios, escrutinio y crítica públicos. Todo el mundo tiene derecho a la libertad de expresión, incluidos los jueces y sus críticos.

Para garantizar que los jueces hagan cumplir la ley de manera justa, la ética profesional del sistema judicial exige que los jueces se abstengan (o se abstengan) de conocer casos en los que tengan un conflicto de intereses.

En una democracia, los jueces no pueden ser destituidos por quejas triviales o críticas políticas. Sólo cuando han cometido delitos graves o irregularidades pueden ser destituidos de su cargo mediante un largo y complejo proceso de impeachment (acusación) y juicio por el órgano legislativo o tribunales especiales.

Un sistema judicial independiente da a la gente la confianza de que las decisiones judiciales se basan en leyes y constituciones nacionales y no se ven afectadas por cambios políticos o presiones mayoritarias temporales. Esta independencia hace que el sistema judicial en una democracia sea una garantía de los derechos y libertades de las personas.