Einstein, el fundador de la teoría de la relatividad, enterró el mismo ejemplo en una patente.
Einstein, que ama la física, no es muy bueno en matemáticas en general, pero está muy interesado en la geometría, por lo que prefiere utilizar el pensamiento lógico geométrico para expresar las leyes físicas.
Mientras trabajaba en la oficina de patentes como auditor, recibió muchas solicitudes de físicos para nuevas teorías. Como disfrutaba de la física, tuvo la oportunidad de leer y estudiar el material a fondo. Entonces tuvo una mejor comprensión de los problemas en el campo de la física en ese momento.
Después de descubrir que la física era infructuosa debido al método equivocado del experimento de Maimo, se le ocurrió la idea de abandonar el éter y sustituirlo por luz.
La velocidad de la luz es constante con respecto al éter y no puede ser capturada por el éter. ¿Por qué no deshacerse del éter y sustituirlo por luz? Pero a diferencia de otras sustancias, no se puede suponer que la velocidad de la luz sea cero, lo que significa que no se puede poner la luz en reposo, por lo que sólo se puede suponer que es un valor constante. Esta fue su idea original para la teoría de la relatividad.
Como se mencionó anteriormente, sus matemáticas no eran muy buenas, por lo que, aunque creó la teoría de la relatividad, no pudo derivar ni probar completamente algunas matemáticas por sí mismo, por lo que necesitaba encontrar algunos físicos y matemáticos que lo ayudaran. probar y derivar. Además, la naturaleza de su trabajo en la oficina de patentes le permitió conocer a muchos científicos, por lo que muchas personas estuvieron dispuestas a ayudarle a completar algunas pruebas.
Por otro lado, debido a sus cómodas condiciones de trabajo en la oficina de patentes, su teoría de la relatividad fue patentada sin problemas. Si se tratara de cualquier otra persona, tal vez tal teoría quedaría excluida del umbral de la ciencia.
Se puede ver que sin la experiencia de trabajar en la Oficina Especial, no se habría convertido en un gran científico de fama mundial.
En este sentido, existen infinidad de ejemplos.
Por ejemplo, como una celebridad que fue a la universidad, tal vez fue su experiencia la que hizo su carrera.
Por ejemplo, un editor se convierte en un escritor famoso porque le conviene más publicar sus artículos que a otros.