La película sobre el juicio público del cadáver en la caja de cartón
1974 ocurrió en Happy Valley, Hong Kong. En ausencia de testigos, el tribunal condenó al sospechoso basándose únicamente en una "verificación científica", pero el sospechoso insistió en que no cometió asesinato. El motivo y el proceso del crimen siguen siendo un misterio. El caso causó sensación y se convirtió en uno de los diez casos más extraños en Hong Kong.
En febrero de 1974, se creía que la niña había sido enterrada en una caja de cartón, por lo que la policía creó un grupo de trabajo y comenzó a investigar utilizando evidencia científica. Coincidiendo con la presión del ICAC y el afán policial por resolver el caso, el caso poco a poco se convirtió en el foco de la investigación. Debido al lugar y la hora del crimen, así como a la evidencia de la vigilancia científica, Qiang se convirtió en sospechoso y no había coartada, por lo que Qiang fue condenado a muerte.
Su esposa Feng creía firmemente que su marido era inocente, pero aún así insistió en que su marido era inocente, pero aun así fue declarada culpable. Después de ser condenada, Feng tuvo que enfrentar diversas presiones y cargas, y luego fue objeto de trata. Afortunadamente, con la guía de una reportera y la asistencia de un abogado, Feng intentó apelar a favor de su marido, pero fracasó una y otra vez.
Antecedentes de la historia
El caso de esconder cadáveres en cajas de cartón fue un delito ocurrido en Hong Kong el 06 de febrero de 1974. Bian, una joven de 16 años en ese momento, tomó un tranvía hasta Happy Valley y pidió prestado un teléfono móvil a Anmei Ice Cream Company, donde luego fue asesinada. Al día siguiente, el cuerpo desnudo de Bian fue encontrado en la calle, escondido en la caja de un televisor.
En 1975, la policía arrestó a Ouyang Bingqiang, un chino que trabajaba en una empresa de helados en el momento del crimen, y lo acusó de asesinato. Ouyang Bingqiang fue declarado culpable y condenado a muerte.
Este es el primer caso de asesinato en Hong Kong verificado científicamente y condenado sin testigos. El sospechoso criminal Ouyang Bingqiang enfatizó de principio a fin: "No maté a nadie, fui acusado injustamente". La esposa de Ouyang Bingqiang, Zhang Jinfeng, se quejó muchas veces ante el abogado de la reina Benaki y el abogado Tang Jiahua de su marido, con la esperanza de tener la oportunidad de deshacerse del crimen. La demanda llegó al Privy Council de Londres, pero no tuvo éxito.