Reseñas de jeringas sin aguja para insulina
La aparición del sistema de inyección sin aguja de insulina es una revolución que hace época en el campo de los sistemas de inyección. Reemplaza la jeringa con aguja tradicional, es segura, indolora, libre de infecciones y fácil, sencilla y rápida de usar. El principio es que después de que el líquido medicinal pasa a través de poros extremadamente finos bajo alta presión, se genera una columna de líquido que se rocía a través de la piel y por vía subcutánea, y el efecto de absorción mejora considerablemente. Se utiliza ampliamente para la inyección de pequeñas cantidades de medicamentos líquidos como insulina, interferón y vacunas.
Hay más de 20 empresas o instituciones de investigación científica en el mundo dedicadas a la investigación y el desarrollo de productos de inyección sin agujas. China ya ha desarrollado sus propios productos y ha obtenido varias patentes.
Las jeringas de insulina sin aguja tienen ventajas destacadas obvias:
1. Evitan los agujeros y el dolor de las agujas: las inyecciones con agujas a menudo tocan los nervios subcutáneos, causando un dolor insoportable, e incluso es necesario retirar la aguja y reubicarlo. Es difícil para los pacientes que reciben inyecciones a largo plazo encontrar un lugar sin orificios para colocar las agujas. Las inyecciones sin agujas se pueden evitar por completo.
2. Evita la induración y el edema: inyección sin aguja con atomización de alta velocidad, difusión y absorción, más eficiente y uniforme.
3. Eliminar la infección de la piel: Ninguna punción de la piel garantiza en mayor medida un funcionamiento estéril, por lo que no se producirá ninguna infección.
4. La operación es simple y segura, la dosis es más precisa y se puede lograr un ajuste fino de 0,01 ml. La columna de agua expulsada por la jeringa de insulina sin aguja para la piel es de sólo 0,17 mm. Como una "aguja" hecha de agua, ingresa con precisión en el tejido de la piel y es muy adecuada para pacientes que requieren inyecciones de insulina a largo plazo. Esto también marca el adiós a la era de las picaduras de agujas para los pacientes que se inyectan a largo plazo.
Los pacientes que toman insulina durante un tiempo prolongado necesitan de dos a tres inyecciones cada día. Cuando la aguja penetra en el cuerpo humano, provocará daños en las fibras del tejido y los capilares, lo que provocará dolor, sangrado e infección, y generará más presión psicológica y carga mental para el paciente. Además, la induración local causada por la inyección prolongada dificulta la absorción del fármaco y afecta su eficacia.