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Un hombre orgulloso
Como jugador nacional de tenis de mesa, Zhang Jike ha ganado innumerables honores para el país, izando la bandera nacional y tocando el himno nacional una y otra vez. Se necesitaron 445 días para convertirse en el Grand Slam más rápido y hasta ahora nadie ha batido el récord. Cuando se lesionó en los Juegos Olímpicos de Río, insistió en "luchar por el país". Dijo que no quería entrar en la industria del entretenimiento porque sólo los atletas podían ver ondear la bandera roja de cinco estrellas y consideraba que ser un atleta era muy importante. Como ídolo de los fans, Zhang Jike siempre recordará a sus fans. Cada vez que me enfrento a una entrevista, siempre agradezco a mis fans por su apoyo y finalmente les recuerdo que presten atención a su seguridad. Río, Qatar, Shenzhen Crossing, Campeonato Asiático de Wuxi, Zhang Jike luchó duro en cada parada, no por sí mismo, ni por el país, ni por los aficionados, con la esperanza de ganar para ellos.
Tiene fuerza y logros
Tiene un historial impresionante. Muestra su alma rebelde y su voluntad de lucha en la cancha, soportando la imposibilidad de la gente común. En un año y tres meses, empezando desde cero, ganó tres campeonatos importantes: el Campeonato Mundial de Tenis de Mesa, la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos, y desbloqueó logros de Grand Slam. El Campeonato Mundial de Tenis de Mesa se celebra cada dos años y los Juegos Olímpicos se celebran cada cuatro años, pero al mismo tiempo, que se ponga al día. A este ritmo, nadie ha podido superarlo en los últimos 500 años, y será el mismo en los próximos 500 años. Más importante aún, siempre se reta a sí mismo a crear milagros. Este intrépido espíritu del mastín tibetano es la mejor influencia e infección para los fanáticos.
Buena apariencia
Zhang Jike tiene párpados dobles, un poco de ojos, buenas cejas, rasgos faciales tridimensionales, un espíritu heroico y una figura que es como hormonas andantes. Su temperamento es el de un presidente dominante. Mientras esté en la cancha, es el centro de atención.
En definitiva, me gusta su pasión e incluso su temeridad en el juego, y también aprecio su incansable búsqueda del amor de su vida. Es un amor cercano al punto de ebullición que lo quemará y lo alcanzará.