¿Puedo ducharme después de beber?
Darse una ducha después de beber alcohol puede provocar un descenso de la presión arterial, porque el alcohol tiene un efecto relajante sobre los vasos sanguíneos, lo que puede provocar un descenso de la presión arterial. Al bañarse, los poros de las personas se relajan y los vasos sanguíneos se dilatan aún más, por lo que son propensas a sufrir mareos y dolores de cabeza provocados por la bajada de la presión arterial. Además, puedes resfriarte si te duchas después de beber. Si los síntomas de la embriaguez son evidentes y te bañas en un ambiente cerrado durante mucho tiempo, puedes sufrir hipoxia o incluso síncope. Al bañarse después de beber, no es recomendable bañarse en la bañera. Si una persona se queda dormida después de estar borracha, es fácil ahogarse en la bañera, lo que puede incluso poner en peligro su vida.
Asegúrate de beber más agua después de beber. Puede beber jugo, agua con glucosa y agua con miel para ayudar a aliviar la resaca y mejorar los síntomas de deshidratación causados por la bebida. Las personas que beben alcohol deben prestar atención al reposo para evitar mareos y dolor de cabeza al día siguiente.