El incendio provocado por un borracho no causó ningún daño significativo y se consideró incendio intencional.

El derecho penal estipula claramente que las personas ebrias deben asumir la responsabilidad legal por la comisión de delitos.

Quien prenda fuego en estado de ebriedad sin causar daños importantes, será condenado a pena privativa de libertad no menor de tres años ni mayor de diez años (artículo 114 de la Ley Penal).

Quien cause grandes pérdidas será condenado a prisión fija superior a diez años, cadena perpetua o muerte.