El conductor implicado en el caso de colisión del BMW en Dalian fue condenado a muerte en segunda instancia. ¿Cómo interpretar esta sentencia desde una perspectiva jurídica?
En este caso, Liu Dong estaba insatisfecho con la sociedad debido al fracaso de la inversión y tomó medidas extremas para tomar represalias contra la sociedad, lo cual es de naturaleza antisocial. El 22 de mayo de 2021, 11, el automóvil aceleró repentinamente mientras esperaba el semáforo en verde. El automóvil pasó el semáforo en rojo a una velocidad de 108 kilómetros por hora, adelantando a los peatones. Liu Dong no se detuvo después de golpear a alguien, sino que continuó conduciendo y cometiendo el crimen. Al encontrarse con una furgoneta, aceleró hacia el vehículo, provocando que los dos vehículos chocaran. Luego abandonó el auto y huyó, luego llamó a la policía. Después de llamar a la policía, optó por olvidar lo que había hecho y no tomó la iniciativa de confesar su culpabilidad.
Tras la detención, el sospechoso fue examinado y se descartaron todas las posibilidades de conducir en estado de ebriedad, conducir drogado, tomar medicación para tratar una enfermedad mental o tener un episodio psicótico. Se determinó que el sospechoso estaba muy consciente al cometer el crimen y fue totalmente intencional. Se puede decir que es un asesino. Tras el primer juicio, fue condenado a muerte por poner en peligro la seguridad pública por medios peligrosos. Esta frase le sienta muy bien. Lo que es incomprensible es que todavía tenga el descaro de quejarse. ¿Murió tanta gente inocente por su culpa? ¿Se sintió agraviado porque fue condenado a muerte y quiso apelar para expresar su agravio? Realmente creo que su comportamiento es descarado.
Después del veredicto, mucha gente no entendió por qué no. ¿Homicidio intencional? ¿Condenar o está bien? ¿Delito por accidente de tráfico? . El abogado analizó el caso y concluyó que el propósito del crimen de Liu Dong era tomar represalias contra la sociedad, pero sin ningún propósito. Pone en peligro la seguridad del público con un comportamiento extremo, y las consecuencias son muy graves, lo que es difícil de entender tanto desde una perspectiva emocional como jurídica. Es reprensible tratar la vida de otras personas como trivial y la ley no permite causar intencionalmente la muerte de otras personas. Como ciudadanos legales, no sólo debemos respetar la ley, sino también ser supervisores de la construcción jurídica social.