El confucianismo se ocupa de los asuntos exteriores y del derecho interno, y utiliza el taoísmo como agente.
Esto fue complementado por la teoría natural taoísta: dejar un cierto espacio vital para que los gobernados crezcan de forma natural. En otras palabras, el taoísmo sirve como lubricante para aliviar los conflictos sociales y promover el desarrollo social.
En cierto sentido, la forma estructural de la sociedad patriarcal feudal es el producto inevitable del gobierno confuciano y de sus leyes inherentes. La ley feudal se vistió con el manto benévolo del "confucianismo por fuera y sabiduría por dentro", dando a todas las leyes un sustento ético.
Cuando miramos los libros legales de las dinastías pasadas, podemos encontrar que todos llevaban el sombrero de la benevolencia, la virtud y la ética al principio. Semejante resultado puede, por un lado, dejar un camino para que los gobernantes alberguen y condonen los crímenes, y también proporcionar una puerta conveniente para que la ley se extienda a todas las células sociales.