¿En qué circunstancias un niño que habla tarde significa que está enfermo? ¿Cómo deben aprender los padres a identificarlo y afrontarlo?
1. Comprobar si existen enfermedades congénitas.
Es innegable que el desarrollo del lenguaje tiene ciertos factores genéticos. Muchos niños hablan tarde porque sus padres hablan tarde o tienen discapacidades intelectuales congénitas, como parálisis cerebral y síndrome de Down, que provocan dificultades en la comprensión del lenguaje. La pronunciación del idioma es difícil de imitar y aprender, por lo que resulta complicado hablarlo.
2. Determinar si la audición es normal.
La audición determina si un niño puede oír con claridad y comprender la pronunciación de los adultos. El desarrollo del lenguaje de los niños requiere un proceso de comprensión primero y luego de expresión. Si no pueden comprender completamente el idioma, no podrán formar un pensamiento sistemático, no podrán imitar y el niño también hablará tarde.
3. Comprobar el desarrollo de los órganos vocales.
Comprueba si los músculos de la lengua, la boca y la garganta del niño se están desarrollando con normalidad. La lengua trabada y el paladar hendido latente son trastornos comunes de los órganos del habla de los niños. Un frenillo demasiado corto afectará la pronunciación flexible de la lengua y un paladar hendido provocará una maloclusión en la boca. El paladar hendido oculto es difícil de detectar. Ambos trastornos de los órganos vocales anteriores se pueden corregir acudiendo al hospital para una cirugía menor.
4. Valorar si existe algún desequilibrio sensorial.
El trastorno de integración sensorial puede provocar descoordinación entre el cerebro y el cuerpo del niño, como por ejemplo falta de armonía en los sentidos vestibulares (visión, oído, tacto, gusto, olfato, propiocepción, etc.). ), lo que impedirá que el centro nervioso de la corteza cerebral interactúe con los nervios del área del lenguaje, lo que provocará que los niños tengan un vocabulario insuficiente y un lenguaje desorganizado.
El deterioro sensorial de muchos niños también se debe a la falta de un buen entorno lingüístico en las pequeñas familias urbanas. Al mismo tiempo, los padres no les proporcionan cierta formación lingüística, lo que hace que los niños hablen tarde. Muchos padres confían demasiado en las capacidades de desarrollo de sus hijos, pensando que sus hijos pueden aprender a hablar sin mucho entrenamiento. Los niños de estas familias suelen hablar tarde y tener una articulación poco clara, lo que debe mejorarse mediante una formación lingüística específica para los niños.