¿Qué se requiere, por un lado, para insistir en que todos sean iguales ante la ley?
Todos deben obedecer la ley y no hay privilegios ni inmunidades.
Actuar de conformidad con la ley, la ley es justa, equitativa y abierta, lo cual es la base para mantener el orden social y los intereses públicos. Adherirse a la igualdad ante la ley significa que en el proceso de aplicación y cumplimiento de la ley, independientemente de su identidad personal, estatus, riqueza, género, raza, creencias religiosas y otros orígenes, todos deben recibir igual protección y trato igual por parte de la ley.