Cómo elogiar a los profesores por sus esfuerzos
Sin el alimento de tus pensamientos, ¿cómo podrían florecer tantas hermosas flores del alma? Maestro, ingeniero del alma humana, ¡quién no te alabaría!
Sembrar semillas con la lengua, cultivar con bolígrafos de colores, regar con el sudor, nutrir con el trabajo duro, esta es la noble labor de nuestra querida maestra.
Eres como una vela, aunque delgada, lleva un poco de calor y un poco de luz, iluminando a los demás y agotándote a ti mismo. Esta dedicación desinteresada es inolvidable.
Nos diste un gobernante de la vida, midámosla cada día; nos diste un espejo de comportamiento ejemplar, aprendamos en todas partes.
Algunas personas dicen que los profesores son como las montañas, porque las montañas son nobles y respetadas. También quiero decir que los profesores son como el mar, porque el mar es vasto e inconmensurable.
Jardinero, título noble, te deseo un mundo lleno de melocotones y ciruelas y una primavera radiante.
¡Maestro, tú eres el sembrador de esperanza y felicidad!
En el camino de la vida, has enriquecido mis pensamientos, desarrollado mi inteligencia y encendido la luz de la esperanza. ¡Gracias maestro!
Incluso si mis sienes están grises, todavía te llamaré sinceramente: ¡maestro! ¡Frente a esta sagrada y noble palabra, siempre seré un estudiante necesitado de iluminación!