El asesoramiento psicológico se centra en la adaptación psicológica de las personas cuando se enfrentan a problemas difíciles, en lugar de decirles a los clientes cómo afrontarlos.
A. Contramedidas
B. Compensación implícita
D. Principios básicos del asesoramiento psicológico:
1. Principio de confidencialidad: el consejero debe mantener confidencial la información relevante del cliente y no revelará el nombre ni la información personal del cliente al público; respetará la privacidad del cliente y no hablará de ello; los problemas del cliente fuera de la clínica. Si por necesidades laborales es necesario citar casos de consultoría, los materiales deberán manejarse adecuadamente y no revelarse el nombre real, unidad o dirección del visitante.
2. Principio de postura objetiva: Los consejeros psicológicos deben mantener una postura objetiva y neutral durante el proceso de consulta psicológica. No pueden juzgar la psicología y el comportamiento del cliente en función de sus propios valores, y mucho menos criticar o culpar al cliente. .
3. Principio de limitación de las capacidades profesionales: El objetivo principal de un consejero es ayudar a los clientes a analizar los problemas, cultivar su actitud positiva, desarrollar la confianza en sí mismos, permitirles crecer psicológicamente y encontrar sus propias soluciones. problemas. Cuando los problemas que enfrenta el cliente exceden las capacidades profesionales del consejero psicológico, el consejero psicológico debe derivar al cliente de manera activa y oportuna a una agencia de asesoramiento psicológico adecuada.
4. Principio de restricciones de tiempo y emociones: El asesoramiento psicológico debe respetar unos límites de tiempo determinados. Generalmente, cada tiempo de consulta es de unos 50 minutos (se puede ampliar adecuadamente al aceptar el caso por primera vez), y el tiempo o intervalo de consulta no se puede ampliar a voluntad. El establecimiento de la relación consulta-cliente es la clave para el buen desarrollo del trabajo de consulta, así como la comunicación y el método psicológico entre el consultor y el cliente. Pero hay límites. Las persuasiones y solicitudes del cliente, incluso si son bien intencionadas, deben rechazarse antes de finalizar la consulta.