Las empresas alemanas rara vez cometen fraude, pero esta vez el fraude fue demasiado grave.
Wirecard es relativamente desconocida para los chinos, pero es una empresa muy conocida en Alemania. Su estatus es equivalente al de la "Ant Financial" de Alemania y es la cara de la tecnología financiera alemana. La información pública muestra que Wirecard se fundó en 1999 y tiene su sede en Munich, Alemania. Tiene casi 6.000 empleados en 26 países de todo el mundo y procesó 12.500 millones de euros en transacciones en 2018. Su valor de mercado llegó a alcanzar los 24.600 millones de euros (aproximadamente 195.100 millones de yuanes), superando al Deutsche Bank, el banco más grande de Alemania, y compitiendo con BMW, Daimler, Allianz, Volkswagen, Thyssenkrupp, Bayer, Adidas, Henkel y otros bancos de clase mundial. Empresas alemanas conocidas se encuentran entre las 30 acciones que componen el índice DAX alemán.
El Financial Times expuso por primera vez el fraude de la empresa. En octubre de 2019, el Financial Times informó que Wirecard había unido fuerzas para informar falsamente sobre sus ventas y ganancias en Dubai e Irlanda y podría haber engañado a su auditor de primer nivel, Ernst & Young. Sin embargo, no fue hasta finales de junio de este año que Wirecard admitió su fraude financiero después de una larga investigación y afirmó que "el efectivo de 65.438+900 millones de euros probablemente no existe". El precio de las acciones de Wirecard se desplomó más de un 95% y su valor total de mercado actual es de sólo 500 millones de euros.
El desempeño de las autoridades reguladoras alemanas esta vez también es decepcionante. Todo el proceso está lleno de proteccionismo estrecho y de juicios subjetivos, y no se basa en la racionalidad. Ésta no es la cualidad que deberían tener los alemanes. Por ejemplo, presentó cargos penales contra el Financial Times en lugar de investigar la noticia de Wirecard tan pronto como sucedió; por ejemplo, prohibió las ventas en descubierto de las acciones de la empresa durante dos meses, alegando "importancia económica" y una "seria amenaza para la salud"; confianza del mercado", algo que casi no tiene precedentes en el mercado bursátil alemán.
Alemania es un representante del espíritu artesano moderno, y la ética protestante les ha infundido un "espíritu de ambición" (es decir, tomar la propia carrera como una creencia). Alemania tiene muchos aspectos de los que podemos aprender, pero no debemos ser supersticiosos. Algunas grandes empresas alemanas son tan engañosas o arrogantes como sus homólogas de otros países. Además de Volkswagen y la reciente Wirecard, también hay un caso muy típico:
Como par, Alipay casi cae en el pozo de Wirecard. Según informes de los medios alemanes, en 2065438 + junio de 2006, Wirecard estaba negociando con representantes de Alipay, y Alipay podría adquirir hasta el 25% de las acciones de Wirecard. Por el momento, me alegro de que Alipay haya escapado de la tormenta.