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¿Cómo conseguiste un lápiz con borrador?

A todos nos gusta usar lápices con punta de borrador porque "un bolígrafo en la mano, dos cosas en su lugar", es muy cómodo de usar. Añadir una goma de borrar a un lápiz fue una obra maestra del inventor estadounidense Lippmann hace más de 100 años.

Lippmann es un pintor originario de Florida, Estados Unidos. Como pintor poco conocido, su vida era tan pobre que ni siquiera podía permitirse mejores herramientas de pintura.

Un día, Lippmann estaba dibujando un boceto. Su único lápiz tenía un filo muy corto, pero no tenía dinero para comprar un bolígrafo nuevo, así que tenía que dibujar con el cabo. Mientras dibujaba, descubrió que era necesario modificar algún lugar de la pintura, así que dejó su bolígrafo y comenzó a buscar su único borrador en el desordenado estudio.

Después de buscar durante mucho tiempo, finalmente encontró el borrador pequeño, que no era mucho más grande que una semilla de soja. Sin embargo, cuando limpió las áreas que necesitaban ser modificadas, encontró que el lápiz pequeño. La punta había desaparecido inexplicablemente y Lippmann tuvo que buscar el lápiz nuevamente. Como resultado, encontré esto, perdí aquello y busqué por todas partes, lo que me hizo perder mucho tiempo.

En ese momento, el pintor finalmente se enojó. Prometió encontrar estas dos cosas abominables y unirlas para que nadie pudiera escapar. Entonces, después de encontrar el lápiz y el borrador, encontró un trozo de hilo de seda y ató el borrador pequeño a la parte superior del lápiz. De esta forma el lápiz parece un poco más largo, facilitando su uso y animando al artista.

Pero después de unos pocos usos, los hilos se soltaron y la goma se cayó. En ese momento surgió la terquedad del pintor y ni siquiera pintó. Trabajó duro durante varios días y probó muchos métodos para arreglar el pequeño borrador, pero el borrador simplemente no escuchó sus instrucciones y siguió luchando contra él.

Lippmann siguió intentándolo una y otra vez. Finalmente, se le ocurrió un truco: cortar un pequeño trozo de fina lámina de hierro de la lata, conectar la goma de borrar y el lápiz y envolver el medio. Esta vez finalmente lo logró y ¡nació el lápiz con punta de goma que usamos hoy!

Lippmann salió del estudio con su obra maestra. Lo que sacó no fue un cuadro, sino su invento. Patentó el invento y rápidamente fue reconocido.

Pronto, la famosa empresa de lápices RABAR compró la patente por la enorme suma de 550.000 dólares. Lippmann salió del apuro y se convirtió en una celebridad, pero las generaciones futuras no lo elogiaron como pintor sino como inventor.

Un lápiz con una goma de borrar.