Cómo utilizar una regla correctamente
En los conceptos tradicionales, la imagen de los maestros está estrechamente relacionada con la de los gobernantes, y el viejo dicho "un maestro estricto produce un buen discípulo" también es muy respetado. Pero en los últimos años, a medida que los niños se han convertido en el centro de atención de la familia, los padres "no se atreven a tomarlos en sus manos, pero tampoco se atreven a llevárselos a la boca. Es inevitable que sean sobreprotectores".
Para devolver el "gobernante" al maestro, primero debemos aclarar las cuestiones legales. El castigo corporal está expresamente prohibido por la ley china. "Dominador" no es simplemente sinónimo de castigo. El "jie" en "jie rule" significa advertencia y castigo; "chi" significa escala y estándar. Como dice el refrán, "No hay regla sin reglas". La sobreprotección ciega sólo hará que el niño no pueda soportar el viento y la lluvia, y el castigo severo le dejará un dolor indeleble.
¿Cómo usaban los gobernantes los antiguos?
El primer maestro de Lu Xun, el Sr. Wu Jing, era una persona conocedora y extremadamente rigurosa. En sus "Tres estanques que reflejan la luna", hay reglas para los gobernantes y castigos por arrodillarse, pero no se usan comúnmente.
Wei Wei estaba haciendo pequeños movimientos en clase y el puntero en la mano del profesor Cai Yunzhi pareció caerse. Lo saludó con una losa de piedra y el puntero golpeó ligeramente su borde. Todos se rieron, incluido el profesor Cai.
El nieto de Liu Yong sacó su "Derecho de familia" y le pidió a su abuelo que "lo levantara en alto y lo dejara suavemente".
El uso de reglas no es sólo una patente china. La estadounidense Lanie McMullin escribió unas memorias tituladas "Corporal Punishment". En este artículo, la Sra. Frost tiene su propio truco único: pedirle a "nosotros" que nos equivoquemos que cerremos los ojos y luego golpear el cojín de la silla con "la famosa tabla de pino". No podíamos soportar el dolor de que nuestro amigo fuera castigado, así que todos le pedimos a la maestra que no volviera a golpearlo.