El pensamiento jurídico de la “Belleza Jurídica”
¡La rubia Ellie ha vuelto! Después de graduarse de la Facultad de Derecho de Harvard, Ellie trabajó en un bufete de abogados y comenzó a planificar su propia y lujosa boda. Por supuesto, conoció a Emmert por casualidad en Harvard. Sin embargo, en un día tan festivo, un par de invitados importantes, los padres del perro de Ali, ¡desaparecieron! El cachorro Bruiser es la querida mascota de Ellie y sus padres también son invitados que se espera que asistan. Pero ahora estos pobres tipos están encerrados en un laboratorio y su futuro es sombrío. El laboratorio sólo utilizó a los dos perros para analizar muestras para una empresa de cosméticos. Este incidente enfureció a Ellie, que estaba decidida a levantarse y luchar por los derechos de los cachorros. Los esfuerzos de Ellie se ven frustrados en su propia empresa, donde fue despedida cuando se suponía que la nombrarían socia. Llegó al Congreso y se convirtió en asistente de la congresista Rudd (Sally Field). Espera que el Congreso apruebe una ley que prohíba las pruebas con animales. Sin embargo, a diferencia de Harvard, a Washington le gusta el rosa, y para Alice, familiarizada con la moda, no es fácil abrirse camino en el gris oscuro del Capitolio. Pero Ali tuvo la suerte de conocer a Sidney, el portero del hotel donde se hospedaba. Sidney ha trabajado en hoteles durante muchos años, observando a los políticos ir y venir todos los días, observando con frialdad y aprendiendo todo tipo de secretos de la política de Washington. Se enamoró de Ellie a primera vista y los dos se hicieron amigos. Después de ver inicialmente a Ellie chocar contra una pared, Sidney comienza a enseñarle cómo navegar por el panorama político aparentemente complejo e intimidante y buscar justicia para los cachorros. La propia Ellie tampoco se queda atrás, con cabello rubio reluciente, tacones altos firmes, la falda más llamativa, la mochila más moderna y un perro vestido como una rosa roja entre espinas. Su estilo de Beverly Hills está empezando a funcionar en Washington, arrasando con la gente seria del Capitolio y dejándola un poco aturdida.