Cómo romper la relación entre padres e hijos
En primer lugar, la relación padre-hijo
La relación entre padres e hijos biológicos, adoptivos o hijastros. La relación entre padres e hijos es la relación interpersonal más temprana que establecen los niños. La personalidad de los padres, el estilo de crianza, los métodos educativos y la actitud hacia sus hijos tienen un impacto directo en el desarrollo físico y mental del niño en esta relación, y también afectarán las futuras relaciones interpersonales del niño. La relación entre padres e hijos es una parte importante de la vida personal y social. En la primera infancia, casi todas las emociones individuales son dependientes. Cuando los padres crían a sus hijos, no sólo les generan fuertes sentimientos, sino también algunas expectativas. Esta expectativa varía de persona a persona, así como de sociedad a cultura y época. En algunas sociedades, la gente cree que criar a los hijos es una responsabilidad que se transmite de padres a hijos y que los padres tienen la obligación de criar a sus hijos.
En segundo lugar, la relación entre padres e hijos no se puede romper.
La relación padre-hijo entre padres e hijos no se puede separar. Incluso si una declaración de separación está escrita y notariada, no es válida. La relación entre padres biológicos y sus hijos se basa en el parentesco consanguíneo natural entre padres e hijos. La relación padrastro-hijo y la relación padre-hijo adoptivo son relaciones de identidad legalmente ficticias formadas a través de ciertos comportamientos y, por lo tanto, pueden disolverse mediante ciertos procedimientos legales. Sin embargo, la relación entre padres biológicos e hijos no es una ficción jurídica y por tanto no puede disolverse por acuerdo entre las partes ni por sentencia judicial. Un acuerdo firmado por padres e hijos para terminar la relación entre padres e hijos no es legalmente vinculante. Incluso si se firma un acuerdo similar, la obligación de apoyo o apoyo aún debe cumplirse.
Debido a los diferentes orígenes sociales y culturales, la relación esencial entre padres e hijos suele ser significativamente diferente. Algunas sociedades exigen que los niños obedezcan absolutamente a sus padres, que no expresen fácilmente las opiniones de las generaciones más jóvenes y que mantengan una estricta relación vertical unidireccional. Algunas sociedades alientan a los niños a vivir en democracia con sus padres, de modo que puedan expresar sus opiniones delante de sus padres en cualquier momento.