¿La guerra fría en el matrimonio es violencia doméstica?
A diferencia de la violencia doméstica física visible, la violencia doméstica fría se trata más de destruir a la otra parte con tortura mental mediante amenazas implícitas, ataques verbales y control económico y sexual. La enorme presión psicológica producida por este método llevará a la otra parte al punto del colapso, lo que irá acompañado de alienación y desconfianza en el matrimonio, lo que eventualmente conducirá al fin del matrimonio. Vale la pena señalar que cuando cometen violencia doméstica, los hombres apuntan principalmente a las mujeres, pero en el caso de la violencia doméstica y la violencia fría, tanto hombres como mujeres pueden convertirse en partes de violencia doméstica y violencia fría.
La violencia doméstica daña el cuerpo y la guerra fría es veneno para el cuerpo y la mente. Ambos son la destrucción y el miedo a la vida amorosa, y ambos son asesinos de la vida matrimonial. No importa qué tipo de daño se haga, quedarán cicatrices mentales. La persona que se comporta de esta manera definitivamente resultará herida en el proceso de crecimiento, por lo que las personas más cercanas a él suelen utilizarlo para lograr consuelo y equilibrio en lo más profundo del alma. Por ello, se recomienda a quienes se comportan racionalmente analizar, no pedir el divorcio con un palo, afrontar con seriedad la primera conducta destructiva y evitar que se convierta en un estilo de vida habitual.
El matrimonio es la relación social más compleja entre personas y no podemos esperar que la ley resuelva todos los problemas. La clave para una felicidad duradera en el matrimonio reside en la responsabilidad y la tolerancia de ambos cónyuges. Por lo tanto, se recomienda mantenerse alejado de esos maridos, por quienes no vale la pena pagar. También aconsejo a los maridos en estas dos situaciones que hagan un autoanálisis desde el fondo de su corazón por el bien de la armonía familiar. Cuando las personas se llevan bien entre sí, no pueden confiar en la violencia doméstica y la guerra fría para rendirse.
Ya que podemos formar una familia, necesitamos calentarnos unos a otros con amor, influirnos mutuamente con cuidado y comprensión, y ponernos en el lugar del otro. Sólo entonces podremos tener una vida matrimonial feliz, ¿verdad?