Cómo gestionar eficazmente a los empleados
En la gestión empresarial moderna existe un dicho llamado "Echar a los supervisores del nivel de poder", que es un resumen incisivo de la relación entre monopolio y descentralización. El poder es una especie de poder de gestión y el uso del poder es limitado. No es el autoengrandecimiento de los directivos de empresas. Por lo tanto, un gerente inteligente primero debe comprender que su trabajo es administrar, no tiranía. En otras palabras, no es un organismo de control, porque un organismo de control es la encarnación del poder autoritario. Los gerentes se consideran supervisores, a menudo monopolizan el poder y consideran que todos los empleados se sirven a sí mismos. Este tipo de gestión nunca será un buen administrador o, en otras palabras, la supervisión y la gestión se han alejado mucho del enfoque "orientado a las personas" de las empresas modernas.
1. Autorización total
La descentralización y la autorización pueden dar rienda suelta a la iniciativa subjetiva de los empleados, movilizar su entusiasmo y creatividad y mejorar la eficiencia del trabajo.
En segundo lugar, el sospechoso no necesita usarlo y el empleador no tiene sospechas.
El llamado "no dudes de las personas, no dudes de las personas" significa que directivos y empleados establecen una buena relación de confianza. Se trata de un nuevo estado laboral que los directivos corporativos están intentando conseguir.
La clave para darse cuenta de "No dudes de los demás, no dudes de los demás" es cómo ganarte la confianza de los empleados cuando usas el poder, o cómo hacer que los empleados estén dispuestos a dominar tu poder. La premisa para que los directivos deleguen poder es confiar en los empleados.
Sin confianza, será difícil para superiores y subordinados llevarse bien entre sí, y será aún más difícil para los gerentes emplear personas, o incluso verse obstaculizados en gran medida. Para las personas sin confianza, incluso si se les confían tareas importantes, son inútiles y no pueden desempeñar el papel que les corresponde. "Ser digno de confianza al contratar personas" también se refleja en quienes se atreven a utilizar sus talentos para superarse a sí mismos. Algunos gerentes carecen de coraje y confianza, y siempre les resulta difícil controlar a quienes tienen talentos superiores, especialmente aquellos que se superan a sí mismos, y tienen diversas restricciones en su uso. Prefieren entregar su autoridad a quienes son mediocres que a quienes pueden superarse a sí mismos. Los gerentes que realmente marcan la diferencia confiarán plenamente y serán buenos en el uso de aquellos que pueden superarse a sí mismos, de modo que las unidades que administran puedan formar una situación donde los talentos sean abundantes y llenos de vitalidad.
En tercer lugar, evitar el abuso de poder.
No importa cuán poco confiable o incompetente sea un empleado, una vez que se le asigna una tarea, su capacidad no puede subestimarse. Debemos hacer todo lo posible para ayudarlos en sus acciones. Incluso si tenemos buenas ideas, debemos tenerlas en cuenta. Debemos ayudar a los empleados con paciencia y darles opiniones y sugerencias antes de que presenten mejores sugerencias que nosotros. El llamado "no dudes de la gente, no dudes de la gente" significa que los directivos y los empleados deben establecer una buena relación de confianza. Se trata de un nuevo estado laboral que los directivos de las empresas están intentando conseguir.