Un hombre de Shandong fue condenado por extorsión por aceptar 25.000 yuanes como compensación de su amante. ¿Cómo analizar este asunto desde una perspectiva jurídica?
Este incidente es un ejemplo de trampa. Después de que la esposa envió a su hijo a una escuela intensiva, tuvo una aventura con un hombre en un hotel. El marido notó que su esposa actuaba de forma astuta y la siguió. Luego descubrió que su esposa realmente la había engañado y el hombre se enojó mucho. Inmediatamente entró en la habitación, rompió el comportamiento y exigió más de 20.000 yuanes en compensación a su amante. Posteriormente, el hombre presentó un recurso de divorcio ante el tribunal e intentó obtener la custodia del niño, pero descubrió que su amante había señalado ante el tribunal que la policía lo había acusado de extorsión. El chantaje aquí es que la ex amante le dio al hombre más de 20.000 yuanes, lo que de hecho es ilegal. Aunque hacer trampa es inmoral, no requiere compensación. Es incorrecto que el hombre pida compensación.
Ser inmoral no significa que tengas derecho a reclamar una indemnización. El hombre dio un paso en falso. Si tu comportamiento no cumple con la ley y pides dinero, eres sospechoso de extorsión y serás sentenciado. Cuando te encuentras con este tipo de cosas, necesitas controlar tus emociones, actuar racionalmente y no ser tan impulsivo e impaciente. También se puede observar que la relación matrimonial dentro del marco legal de nuestro país es relativamente libre. Por ejemplo, si un marido tiene relaciones sexuales con su esposa contra su voluntad durante el matrimonio, se considera violación conyugal. Se puede ver que la esposa no es propiedad del marido, sino un individuo libre, y la violencia doméstica también debe ser severamente castigada. También espero que después de este incidente, los hombres puedan reflexionar sobre su comportamiento y salvaguardar sus derechos e intereses legítimos desde una perspectiva jurídica.
De hecho, la ley matrimonial actual no admite el divorcio. La infidelidad no significa que la relación entre las partes se haya roto, ni puede utilizarse como motivo de divorcio.