Si quieres clonar un ser humano, ¿qué células deberías elegir?
En términos de atributos naturales, el ser humano también pertenece a la naturaleza. Si se copian descendientes más similares mediante medios tecnológicos, la especie será única. Después de todo, la reproducción sexual permite que un individuo posea la mitad de los genes de ambos padres al mismo tiempo y luego forme sus propios genes para mantener la diversidad biológica. Sólo porque la gente ya no habla de clonación no significa que sea mala.
Sólo en cierto nivel, la intención original de la tecnología avanzada debería ser beneficiar a la humanidad tanto como sea posible, en lugar de destruir el desarrollo sostenible de la humanidad a largo plazo. La diversidad biológica creada por la reproducción sexual significa que los humanos pueden desarrollarse a largo plazo.
El artículo 109 del Código Civil establece:
Realizar actividades de investigación médica y científica relacionadas con genes humanos, embriones humanos, etc. , respetará las leyes, los reglamentos administrativos y los reglamentos nacionales pertinentes, no pondrá en peligro la salud humana, violará la ética y la moral y no dañará los intereses sociales y públicos. En la actualidad, la clonación humana no cumple con la ley y viola las disposiciones pertinentes de la ley, el espíritu y la ética social.
En primer lugar, es posible que la tecnología de clonación aún no esté madura. Si la clonación humana se realiza cuando la tecnología está subdesarrollada, se pueden producir clones con graves defectos físicos, lo que inevitablemente causará controversia y opinión pública. En segundo lugar, la relación entre la persona clonada y la persona clonada es contraria al método ético tradicional de determinar el parentesco a través de la sangre, y puede haber riesgos de ser perjudicado y estudiado. Incluso si existe una tecnología de clonación madura y altamente desarrollada, debe usarse correctamente para que se convierta en una bendición para la sociedad humana en lugar de problemas interminables.
En definitiva, la ciencia siempre ha sido un arma de doble filo. Que un avance tecnológico sea realmente beneficioso para los humanos depende de cómo lo vean y apliquen los humanos. Deberíamos tratar la tecnología de clonación de manera seria y racional. Esta tecnología debe cumplir con la ley y no debe poner en peligro la salud humana, violar la ética o dañar el interés público.