Resultados de la investigación del accidente del vuelo 243 de Aloha Airlines
Después del incidente, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) inició una investigación exhaustiva. Finalmente, se concluyó que la causa del accidente fue la fatiga del metal provocada por la oxidación por grietas (las aeronaves suelen operar en ambientes de aire salado). La razón más fundamental es que el pegamento para láminas de aluminio utilizado para unir láminas de aluminio no es efectivo. Este problema ya apareció durante la fabricación de aviones. Cuando los adhesivos pierden su eficacia, el agua puede entrar en los intersticios del cuerpo y comenzar a oxidarse. Debido a que la porción oxidada es más grande que el metal que se encuentra debajo, las dos piezas de metal se separan, lo que ejerce una presión adicional sobre los remaches. Al mismo tiempo, la antigüedad de la aeronave también es un factor clave en este incidente. En ese momento, el avión llevaba 19 años en uso y había volado 89.090 veces, superando las 75.000 veces previstas durante el diseño. Como resultado, todas las principales aerolíneas estadounidenses decidieron retirar los aviones de pasajeros viejos para evitar que se repitiera el incidente. También estipula que las aeronaves deben someterse a inspecciones de mantenimiento adicionales cuando alcanzan una determinada edad. Según un informe oficial de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, un pasajero descubrió una grieta en el fuselaje que podría haber representado un peligro al abordar el avión, pero nadie fue notificado. La grieta se encuentra cerca de la puerta de embarque y probablemente se debe a la fatiga del metal causada por los 89.090 vuelos del avión. Debido a que esta ruta es una ruta de corta distancia con múltiples viajes de ida y vuelta todos los días, ocupaba el segundo lugar entre 737 aviones de pasajeros en el mundo en ese momento.
Más tarde, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la Ley de Investigación de Seguridad Aérea en 1988, que preveía una investigación más rigurosa para determinar las posibles causas de futuros accidentes aéreos para evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir.
Los dos pilotos implicados en el incidente continúan trabajando para la aerolínea. Robert Shuane Stiner se jubiló en agosto de 2005, mientras que Madeleine Tompkins sigue siendo la capitana de un Boeing 737-700 en una de las rutas.