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El espíritu IBM de Thomas John Watson

Aunque Watson falleció, el espíritu de IBM que fundó todavía se mantiene en la empresa en la actualidad.

Este espíritu se formó cuando ingresó por primera vez a la empresa de informática, tabulación y registro. En ese momento, la empresa contaba con 65.438+0.200 empleados. Debido al mal ambiente interno y a la falta de unidad entre los empleados, muchos empleados antiguos prefieren intimidar a los recién llegados. En respuesta a esta deficiencia, Watson propuso tres requisitos: primero, todos deben ser respetados; segundo, debemos brindar a los usuarios el mejor servicio posible; tercero, debemos crear los mejores y mejores resultados; Estas medidas han estimulado enormemente el entusiasmo de todos los empleados por la unidad y el progreso.

Quizás hoy. Lemas como este se han convertido en clichés vacíos después de ser repetidos innumerables veces. Pero hace más de medio siglo, sí desempeñó un papel a la hora de unir a la gente y elevar la moral. Watson no se limita a hablar lo que se habla. Ha demostrado su amor por sus empleados a través de sus acciones. Sabía que "tanto las manos espirituales como las materiales deben ser duras" y fue pionero en el sistema de empleo permanente en IBM. Los empleados que no tienen preocupaciones están dispuestos a hacer lo mejor que pueden para la empresa. Watson fue el primero en construir un club de campo cerca de la fábrica. Incluye dos campos de golf y un campo de tiro. Cualquier empleado de IBM puede participar y utilizarlo por una cuota de membresía anual de un dólar.

La gestión de Watson no es profunda, pero no es fácil ejecutarla. Su capacidad para poner en práctica su sencilla filosofía de gestión es lo que lo distingue. Medio siglo después, en los años 1980. Para explorar las razones por las que están perdiendo terreno en la competencia con las empresas japonesas, los estadounidenses alguna vez organizaron a personas de la industria y el mundo académico para que fueran a Japón a aprender la llamada gestión japonesa. Pero me sorprendió descubrir que la experiencia en gestión de Japón procedía originalmente de Watson de IBM. Me imagino que debieron estar muy confundidos y sorprendidos.

En Watson conviven la tiranía y la bondad al mismo tiempo. Era afable con sus empleadas, intentaba satisfacer sus peticiones y no exigía un código de vestimenta porque podía cambiar de trabajo si sentía nostalgia, pero en otras ocasiones era duro, mandón y grosero, excepto cuando daba consejos constructivos. Fue un profeta, un fundador de la sociedad postindustrial, con un legado paternalista y la apertura y sensibilidad de la sociedad industrial. No sólo dirigió el negocio, sino que con sus ideas moldeó un espíritu, por eso todos lo respetan tanto.

En 1956, Thomas Watson murió a la edad de 82 años. Su hijo Thomas Jr. transformó con éxito IBM en una empresa de informática y ganó dominio en la industria de la información. De hecho, Thomas Watson debería estar satisfecho. ¿Ese niño que todavía montaba un caballo y una calesa no solo tenía todo lo que quería, sino que también ayudó a que Estados Unidos pasara de la era de los carruajes tirados por caballos a la era postindustrial? De la sociedad municipal a la sociedad gestionada.