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¿Es dañina la hipertensión asintomática? ¿Cómo prevenir la hipertensión arterial en la vida?

Cuando la presión arterial es más alta de lo normal, se puede considerar una categoría de hipertensión. La vida moderna, acelerada y las dietas complejas y diversas, han provocado que muchos jóvenes sufran hipertensión arterial, y las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares ya no son exclusivas de las personas mayores. La presión arterial alta puede provocar muchas otras enfermedades. Algunas personas tienen presión arterial alta y no prestan atención a controlarla. Piensan que es sólo que su presión arterial está un poco alta y que estarán bien si no se sienten mareados o doloridos. De hecho, no es así. La hipertensión arterial prolongada es muy perjudicial para el sistema cardiovascular, cerebrovascular y renal.

Daño cardíaco causado por la presión arterial alta

La presión arterial alta puede causar enfermedad cardíaca hipertensiva, que es una complicación tardía de la hipertensión. A medida que la presión arterial aumenta con el tiempo, aumenta la resistencia a la circulación sanguínea y la sangre se bombea fuera del ventrículo izquierdo. Para superar la resistencia periférica, el ventrículo izquierdo debe fortalecer sus contracciones para bombear sangre hacia la aorta. Con el tiempo, provocará hipertrofia ventricular izquierda, arritmia y, en casos graves, insuficiencia cardíaca.

La presión arterial alta también puede provocar enfermedades coronarias e infarto de miocardio, porque una presión arterial demasiado alta puede dañar el endotelio vascular y provocar aterosclerosis. Cuanto mayor es la presión arterial, más grave es la arteriosclerosis y mayor es la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio.

La incidencia de infarto de miocardio en pacientes hipertensos es el doble que la de personas con presión arterial normal. La hipertensión aumenta el riesgo de infarto agudo de miocardio.

El impacto de la presión arterial alta en los riñones

La presión arterial alta puede causar enfermedad vascular renal y provocar insuficiencia renal. Los pacientes con presión arterial alta deben seguir los consejos del médico al tomar medicamentos y no deben ser moralistas ni usar los medicamentos de manera casual.

El impacto de la hipertensión en los vasos sanguíneos cerebrales

El infarto alto y la hemorragia cerebral se asocian con la hipertensión. La probabilidad de sufrir un infarto cerebral en pacientes con hipertensión es 2-3 veces mayor que la de aquellos con presión arterial normal. Según las estadísticas, el 80% de los pacientes con enfermedades cerebrovasculares están relacionados con la hipertensión.

El impacto de la presión arterial alta en el fondo del ojo

La presión arterial alta puede afectar los cambios en la retina del fondo del ojo, provocando daño visual. Al observar los cambios patológicos en la retina del ojo, se puede observar el grado de arteriosclerosis causada por la hipertensión. Las enfermedades del fondo de ojo causadas por la hipertensión incluyen principalmente pérdida de visión, alucinaciones, diplopía y amaurosis. Si se trata activamente, todavía hay esperanzas de restaurar la visión; de lo contrario, se producirá una amaurosis permanente.

La hipertensión arterial tiene mucho que ver con nuestra alimentación. Al ajustar su dieta, la presión arterial se puede controlar y reducir de manera efectiva.

Restricción de sal: Una dieta rica en sal es un factor común que provoca hipertensión arterial, por lo que es necesario controlar el consumo de sal. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta diaria de sal de cada persona no supere los 6 gramos, cantidad suficiente para una botella de cerveza. En otras palabras, una bolsa de sal puede alimentar a una familia de tres personas durante un mes. Pero también hay que tener en cuenta la salsa de soja y los encurtidos que consumes habitualmente.

Suplementación de potasio: No solo es necesario limitar la sal, sino que también es necesario complementar el potasio, que se puede obtener comiendo verduras y frutas frescas.

Suplementos de calcio: una cantidad insuficiente de calcio puede provocar un aumento de la presión arterial, y los suplementos de calcio pueden inhibir eficazmente el aumento de la presión arterial. Los suplementos de calcio incluyen productos lácteos y productos de soja, y se debe prestar atención a la exposición al sol.

Pérdida de peso: La obesidad es reconocida como una de las causas de la hipertensión arterial, por lo que se debe perder peso y evitar la sobrenutrición.

Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol: El tabaquismo y el alcohol tienen efectos adversos sobre la presión arterial y los vasos sanguíneos. Se debe dejar de fumar y beber con moderación. Si tiene condiciones médicas subyacentes, es mejor no beber alcohol.

Cómo prevenir y tratar la hipertensión arterial en la vida diaria

Un tiempo de trabajo y descanso razonable y regular, garantizar un sueño adecuado, 7-8 horas es lo adecuado y evitar trasnochar . Los trabajadores de oficina no pueden estar sentados durante largos periodos de tiempo y deben levantarse y hacer ejercicio cada hora.

Mantén un estado de ánimo relajado y elimina tensiones. Si algo sale mal, no lo tomes como algo personal, ajusta tu estado de ánimo, respira hondo o sal a caminar.

Las personas con presión arterial alta levantan ligeramente las piernas entre 7 y 8 centímetros cuando duermen, lo que puede ayudarles a conciliar el sueño rápidamente. No aplicable si la presión arterial es inferior a 100/60 mmhg.

Presta atención al agua potable. Es necesario beber un vaso de agua tibia por la mañana antes de acostarse. Sería mejor si pudiera beber un vaso de agua por la noche. Una taza de unos 200 ml es suficiente.

Asegúrese de sentarse y comer, y evite estar de pie y comer mientras camina, lo que supondrá una carga adicional para los sistemas cardiovascular y cerebrovascular.

En definitiva, la hipertensión arterial está muy relacionada con nuestra alimentación y nuestra vida diaria. Los malos hábitos de vida pueden provocar presión arterial alta y ajustar la dieta también puede reducir y controlar eficazmente la presión arterial.