¡Ser abusado domésticamente e infectado con SIDA! ¿Cómo surgió la tragedia de las 160.000 esposas?
Uno: Vacíos legales. Para la misma esposa, el matrimonio es sólo un cascarón vacío. En cuanto a la cuestión de la homosexualidad y las esposas homosexuales, casi todas las esposas homosexuales han sido sometidas a cuchillos y rodillas. Influenciadas por la cultura y los conceptos tradicionales, la mayoría de la gente opta por permanecer en silencio. Incapaz de disfrutar de una vida matrimonial normal, con poco o ningún sexo. Las esposas homosexuales, ignoradas y descuidadas por sus maridos homosexuales, todavía sufren sufrimiento físico y psicológico. Sin embargo, la ley no puede protegerlos en este caso. La Ley de Matrimonio sólo prohíbe la bigamia y no prohíbe a gays y lesbianas casarse bajo la premisa del engaño. Las lagunas legislativas y las dificultades para obtener pruebas impiden que las coesposas obtengan una indemnización en caso de divorcio. Hasta cierto punto, la homosexualidad es una conspiración social.
Dos: Presión parental y perspectiva social. En la actualidad, el país no puede reconocer la existencia de la homosexualidad y no es reconocido por la cultura dominante. El matrimonio tiene la función de continuar la línea familiar, y casarse y tener hijos sigue siendo un factor para juzgar si un niño es maduro o no. La mayoría de los hombres homosexuales tienen necesidades reproductivas y, para la misma esposa, los hijos también son uno de los factores importantes que les dificulta el divorcio.
La situación de las coesposas es de lo más miserable e inocente. Son más miserables e indefensos que los propios homosexuales. No deberían ser víctimas de nuestra tradicional supresión cultural. En otros países hay muy pocas esposas y no se pone tanto énfasis en los valores familiares. Por tanto, creo que para reducir el fenómeno de las parejas homosexuales hay que empezar por tratar bien a los homosexuales.
Espero que estas malas consecuencias atraigan suficiente atención de todos los ámbitos de la vida para minimizar un daño tan grave.