Red de Respuestas Legales - Conocimientos legales - La historia de la invención de la anilina púrpura

La historia de la invención de la anilina púrpura

La historia de la invención del primer tinte sintético, la violeta de anilina

Los seres humanos han descubierto y aplicado minerales naturales y tintes vegetales durante al menos 4.500 años, y han cultivado y utilizado tintes vegetales índigo durante más de 2.000 años. Más tarde, los científicos analizaron la estructura química del índigo vegetal y el índigo químico sintetizado artificialmente. Sin embargo, el primer tinte químico sintético en la historia de la humanidad fue la violeta de anilina, que precedió al índigo químico en más de 20 años. Por supuesto, esta invención fue originalmente involuntaria. En lugar de fabricar un tinte, los científicos sintetizaron inicialmente un fármaco contra la malaria.

En 1856, el estudiante de posgrado W.H. Perkin, de 18 años, estaba investigando la síntesis de un fármaco antipalúdico especial, la quinina. En aquella época, esta droga debía extraerse de la corteza del árbol quino donde vivían los indios sudamericanos, por lo que el precio de esta droga era muy caro en Europa. Dado que las bases teóricas y experimentales de la química medicinal de aquella época no eran perfectas, la gente no podía conocer la estructura molecular exacta de la quina, por lo que Perkin tuvo que explorarla mediante una gran cantidad de experimentos. Un día añadió dicromato de potasio, un fuerte agente oxidante, al sulfato de anilina. Como resultado, apareció en el matraz un residuo negro similar a la brea, ¡y Perkin supo que había vuelto a fallar! Para continuar con el experimento, tuvo que limpiar el matraz. Pensando que el material carbonizado debía ser orgánico y en gran medida insoluble en agua, Perkin limpió el matraz con alcohol. Cuando se añadió alcohol al matraz, Perkin de repente abrió sus ojos cansados: ¡la sustancia negra fue disuelta por el alcohol en un hermoso color púrpura! Como estudiante de posgrado con experiencia en química, inmediatamente reconoció que este fenómeno inesperado conduciría a un invento importante. Teniendo en cuenta que la ropa de la gente en ese momento se teñía con tintes vegetales naturales que no eran fáciles de conservar y tenían poca solidez del color, y el brillo de los colores y la integridad del espectro de colores no eran satisfactorios, Perkin pensó en intentar teñir la tela con esta sustancia violeta. Desafortunadamente, su experimento no tuvo éxito. ¡La tela de algodón teñida casi se cae al lavarla con agua! Sin inmutarse, probó con lana y seda. Se descubrió que esta sustancia, que no se puede teñir en algodón, es muy fácil de teñir en seda y lana. Es más brillante que varios tintes vegetales de la época y no se desvanece al frotarla con agua y jabón. Este fue el primer tinte químico sintético del mundo, la violeta de anilina. Aunque Perkin no produjo quinina, patentó la síntesis de anilina violeta. Los colores brillantes de los tintes sintéticos fueron favorecidos por la reina Victoria en ese momento, y su inesperado éxito inspiró en gran medida su impulso empresarial. En 1857, Perkin estableció la primera fábrica de tintes sintéticos del mundo para producir violeta de anilina en Harrow y se convirtió en un magnate mundial.