¿Qué ilustra la historia de Sísifo?
Debido a que Sísifo violó la ley en el cielo y fue castigado por los dioses, bajó a la tierra a sufrir. Su castigo fue empujar una piedra colina arriba. Sísifo se esforzó mucho en empujar la piedra hasta la cima de la montaña todos los días y luego se fue a casa a descansar. Pero por la noche, la piedra rodaba hacia abajo automáticamente y al día siguiente tenía que empujarla montaña arriba. De esta manera, Sísifo se enfrentó a un fracaso sin fin. El gran dios quería castigar a Sísifo, que era torturar su alma y hacerle sufrir en el destino del "fracaso sin fin".
Sin embargo, Sísifo todavía se negó a aceptar su destino. Cada vez que empujaba la piedra montaña arriba, el gran dios lo golpeaba y le decía que no podría lograrlo. Sísifo se negó a quedar atrapado en la trampa del éxito y el fracaso y creyó: Es mi responsabilidad empujar la piedra montaña arriba. Mientras empuje la piedra hasta la cima de la montaña, mi responsabilidad estará cumplida. Si la piedra rodará o no, no es asunto mío.
Además, cuando Sísifo intentaba empujar la piedra montaña arriba, su corazón parecía estar muy tranquilo, porque se consolaba: Mañana todavía habrá piedras que empujar, mañana no estará desempleado, y todavía hay esperanza mañana.
Dios envió a Sísifo de regreso al cielo porque ya no podía castigarlo.
El destino de Sísifo puede explicar muchas cosas que encontramos en la vida, y los esfuerzos de Sísifo también pueden ser un reflejo de nuestros esfuerzos.