Máximas jurídicas clásicas
Las mejores leyes provienen de la costumbre.
Es mejor un contrato injusto que un juicio largo.
El poder de la ley se limita a prohibir a cada persona lesionar los derechos de otros, pero no le prohíbe ejercer los propios.
La ley utiliza la sanción, la prevención, los remedios específicos y los remedios alternativos para proteger diversos intereses. Además, la sabiduría humana no ha descubierto muchas otras posibilidades en la acción judicial.
No importa la época, si hay demasiadas diferencias de opinión que surgen de diversas teorías en el tribunal o en el aula, entonces la ley perderá su poder.
Es auspicioso legislar regulando al pueblo, y es nefasto gobernar mediante la ley
A los funcionarios no les importan las relaciones personales, la ley es despiadada, no hay distinción entre superior e inferior, sólo la ley es mentira.
Es fácil hacer leyes pero difícil implementarlas.
La incertidumbre es criticada en el derecho, mientras que la certeza extrema no conduce a la certeza.
La interpretación de la ley tiene efectos jurídicos.
Las opiniones de los juristas tienen el poder de la costumbre.
Cuando el lenguaje no es ambiguo, no se permite investigar la intención del lenguaje.
Las leyes estatutarias deben interpretarse estrictamente.
La costumbre es el mejor intérprete de la ley.
Si la ley no está expresamente escrita, no será delito, y si la ley no está expresamente escrita, no será castigo. (No es delito si no está expresamente estipulado)
La realización de actos ilícitos se basa en premeditación, impulso o accidente.
El juicio no debe basarse en el precedente, sino en la ley.
No hay sanción sin previa promulgación de la ley.
La sencillez es amiga de la ley, y en la ley se critica la extrema precisión.
La policía está al servicio de los tribunales.
Donde estén las pruebas, el caso se perderá.
La justicia demorada es injusticia.
El alivio precede al poder. Sin alivio, no hay poder.
El derecho es la principal fuerza de reforma y el principal canal de resolución de conflictos.
Si la expansión del poder administrativo es el destino inevitable de la sociedad moderna, entonces para lograr el equilibrio social, por un lado, la política debe reflejar plenamente la voluntad del pueblo y, por el otro, el sistema jurídico debe respetar al máximo la subjetividad de los individuos, permitiéndole competir con la expansión excesiva del poder administrativo.
El objeto del ajuste jurídico es la conducta, y las llamadas relaciones sociales no son más que interacciones o interacciones entre personas. Sin interacción entre las personas no hay relación social. La ley regula las relaciones sociales afectando el comportamiento de las personas.
En un país bien ordenado, el departamento judicial debe contar con la confianza y el apoyo de la gente. En este sentido, la pérdida de credibilidad significa la pérdida de poder judicial.
La justicia es esencialmente igualdad; cuanto más desiguales son las condiciones, más difícil es ver qué justicia hay en un castigo igual.
Las personas son diferentes. Las personas no pueden entender que la igualdad ante la ley significa tratar a todos por igual y que todos son iguales.
La igualdad a la que tenemos derecho como seres humanos es la igualdad ambiental, no la igualdad personal.
Todo lo que entre en conflicto con la irrefutable eternidad de la naturaleza es inválido, por lo que no puede obligar a nada.
El poder de la ley se limita a prohibir a cada persona lesionar los derechos de otros, pero no le prohíbe ejercer los propios.
Si el poder judicial se combina con el poder político, el juez tiene el poder del opresor.
El comportamiento jurídico, tal como la gente lo entiende generalmente, es la abstracción de todos los elementos fácticos en un orden jurídico específico, principalmente el comportamiento no ilegal, incluidas las transacciones ilegales, que también tienen consecuencias jurídicas. Este tipo de comportamiento que conduce a determinadas consecuencias jurídicas según la ley es un comportamiento legal.
La severidad del castigo debe ser absolutamente necesaria simplemente para lograr sus objetivos. Todos los castigos más allá de este rango no sólo son excesivamente malos, sino que crean muchas frustraciones que dificultan el logro de fines justos.
No hay sanción sin previa promulgación de la ley.
Lo que no está prohibido por la ley son los derechos de los ciudadanos.
La vida del derecho reside en la experiencia, no en la lógica.
El derecho consuetudinario no sólo es menos flexible que la ley, sino que también es más fácil adaptarse a nuevas situaciones en ausencia de ley. En cambio, tiende a apegarse a viejas costumbres y es difícil de cambiar.
El desincentivo más poderoso para el delito no es la severidad del castigo, sino la certeza del mismo, pues incluso el delito más pequeño, una vez condenado, siempre es temido.
La era de prosperidad no puede abolir el castigo, pero la era de prosperidad aún no ha llegado.
Un árbitro injusto es peor que muchas acciones injustas. Porque estos actos injustos sólo contaminan el agua, pero los jueces injustos contaminan la fuente del agua.
Nuestra era es la era del poder. Los derechos humanos son el concepto de nuestro tiempo y el único concepto político y moral universalmente aceptado.
Incluso si la sentencia no determina con precisión la verdad del pasado, las partes en la disputa aceptarán voluntariamente la sentencia del tribunal siempre que estén convencidas de que han sido tratadas de manera justa.
Sin los tribunales interpretando y definiendo su verdadero significado y funcionamiento práctico, la ley no es más que un trozo de papel.
Descubrí que el origen, causa y desarrollo del caos y de todos los incendios están relacionados con los sistemas jurídicos corruptos de cada sociedad.
El buen orden es la base de todo.
Seamos justos y así tendremos más libertad.
El propósito del derecho es crear una estructura de acción estable y comprensible dentro de la cual los individuos puedan llevar a cabo sus planes con cierto grado de conciencia de los posibles resultados.
La ley surge del instinto de autodefensa de las personas.
El procedimiento es el divisor de aguas entre el Estado de derecho y la arbitrariedad.
La justicia puede promover una nación.
La ley es el arte de la justicia y la misericordia.