El profesor transfirió el idioma de mala gana.
2. Querido maestro, eres un faro de luz en la oscuridad, que trae a los niños perdidos al mundo brillante. Tu luz es suave y cálida. Querido maestro, eres un oasis en el desierto. Siempre enseñas a tus hijos cuando están desesperados. Tu verdor, tu gentileza y tu paciencia son como una fragancia refrescante, refrescante.
3. Desde el jardín de infancia hasta la universidad, las enseñanzas de los profesores influyen en nuestras vidas. Cuando era estudiante, tenía miedo de mis profesores. Cuando crecí, me di cuenta de que esos días se han convertido en recuerdos.
4. La lluvia primaveral tiñó el mundo de verde, pero desapareció silenciosamente en el suelo. Maestro, eres la lluvia primaveral que alimenta nuestros corazones. Te estaremos eternamente agradecidos.
5. Siempre que pienso en esos años, siempre habrá algunas lágrimas. Son bendiciones, condolencias y un momento que no se puede dejar pasar.
6. A medida que continuamos estudiando y saliendo, de repente nos damos cuenta de que hemos crecido y tenemos que afrontar el futuro con los pies en la tierra. Nos dimos la mano con nuestro tiempo en el campus y distribuimos tarjetas en las que derramamos nuestras bendiciones y cariño unos a otros. Dejamos el árbol de la escuela, como pedazos de hojas de otoño, flotando en los rincones de la tierra en un elogio tras otro.
7. Siempre hay una llamada desde lo más profundo. ¿Cómo eran tus compañeros durante esos años? ¿Los profesores de aquellos años añadieron algunas canas? A menudo escribo mis pensamientos en mi corazón, no para los años que pasan, sino para aquellos años de nuestra juventud.
8. Todavía recuerdo el momento en que puse un pie en el campus, al enfrentarme a profesores y compañeros desconocidos, me sentí un poco incómodo. Pero las cálidas palabras de la maestra disiparon todas las preocupaciones de mi corazón. De extraños a compañeros de clase familiares, también se han convertido en los socios más cercanos.
9. Toca la fibra del corazón sincero, recuerda la amargura de crecer, nunca te separarás en el camino hacia el éxito, querido maestro, ¡te deseo felicidad para siempre!
10. En el momento en que me despedí de mi maestra, las lágrimas que derramé fueron de crecimiento, gratitud y viaje!
11. Cuando recogemos los frutos de la cosecha, lo que te dejas es el pelo blanco de las sienes teñido de gris tiza. ¡Un saludo, querido maestro!
12. Hay buenos profesores, pero claro que también habrá malos profesores, o habrá muchos buenos profesores. Gracias a todos los buenos maestros que conocí, me enseñaron a crecer.