¿Por qué mucha gente no cree en lo que dice la policía cuando se topa con una estafa? ¿Cómo podemos ayudarlos a detener las pérdidas más rápido?
En primer lugar, la calidad psicológica y las capacidades cognitivas de algunas personas son relativamente débiles y se dejan influenciar fácilmente por el mundo exterior, lo que resulta en su falta de pensamiento independiente y habilidad para reconocer estafas. Cuando se encuentran con una estafa, no sólo no pueden reconocer la estafa en sí, sino que también se sienten confundidos por las palabras y declaraciones del estafador y, a menudo, les resulta difícil confiar en la policía.
En segundo lugar, los estafadores suelen recurrir a ataques sociales, ataduras emocionales y otros medios para penetrar los corazones de las personas y establecer una visión del mundo independiente y autista alejada de la policía. Las víctimas de este tipo de fraude a menudo confunden a los estafadores con sus salvadores y a la policía con fuerzas externas, ocultando deliberadamente la verdad. Este malentendido hace que las víctimas a menudo desconfíen de la voz de la policía y, por tanto, desconfíen de sus consejos, advertencias y ayuda.
En tercer lugar, algunas personas no tienen confianza en sí mismas y tienen cierto grado de desconfianza en la sociedad y en la policía. Cuando son engañados, debido a factores negativos o incontrolables, desarrollarán resistencia, considerarán a la policía como "el canto de los pájaros" y sólo confiarán en su propia intuición y juicio. Esta mentalidad es especialmente peligrosa en las estafas porque puede hacer que las víctimas pierdan la voluntad y el coraje para buscar ayuda.
¿Cómo ayudar a las víctimas de fraude a detener las pérdidas más rápido?
En primer lugar, la policía puede fortalecer la interacción y la comunicación con el público y aumentar la confianza del público en la policía. Cuando la policía maneja casos de fraude, puede brindar información más detallada y precisa, brindar al público más materiales de referencia y sugerencias prácticas, y hacerle saber que la policía está trabajando arduamente para combatir el crimen en su nombre.
En segundo lugar, educar al público para aumentar la conciencia sobre la seguridad, tomar medidas oportunas ante el fraude, plantear preguntas y buscar ayuda de la policía. La policía puede publicar materiales promocionales antifraude en lugares públicos o en las redes sociales para informar a las personas cómo prevenir el fraude, mejorando así la capacidad del público para prevenir e identificar el fraude.
En tercer lugar, cuando se descubre que alguien ha sido engañado, la policía puede intervenir a tiempo para ayudar y educar a la víctima. Al manejar los casos, la policía debe utilizar una actitud objetiva y justa y habilidades profesionales para hacer creer a las víctimas que la policía es una fuerza poderosa, poderosa y autorizada que puede ayudarlas a combatir el crimen y mantener el orden social.
En cuarto lugar, al manejar casos de fraude, debemos proteger plenamente los derechos e intereses legítimos de las víctimas y ayudarlas a detener pérdidas y resolver problemas mediante sugerencias, orientación, coordinación, mediación, etc. Sólo así podremos establecer una buena imagen y una buena atmósfera de una institución justa, eficiente, poderosa y autorizada para las víctimas, ganándonos así la confianza del público.
En resumen, para ayudar a las víctimas a detener las pérdidas, la policía debe respetar plenamente los sentimientos de las víctimas, escuchar sus declaraciones y voces, y prestar atención a su seguridad y necesidades al manejar casos de fraude. Para aquellas víctimas que no están dispuestas a cooperar porque no confían en la policía, la policía puede generar confianza gradualmente a través de la comunicación para que puedan cooperar con la policía en la lucha contra el crimen. Al mismo tiempo, la policía debe fortalecer la cooperación con otras agencias para formar una ofensiva integral y continuar reprimiendo los delitos de fraude.
Además, todos los ámbitos de la vida también deben fortalecer su contraataque contra el fraude y establecer estrategias y sistemas completos de prevención desde aspectos técnicos, legales, culturales y otros para combatir los delitos de fraude. Al mismo tiempo, los departamentos gubernamentales también deben incrementar sus esfuerzos para combatir el fraude y mejorar la confianza y el reconocimiento del público en la gobernanza social a través de una gobernanza abierta y transparente.
En definitiva, prevenir y combatir el fraude es responsabilidad común de toda la sociedad. Sólo fortaleciendo la publicidad y la educación, aumentando la vigilancia de la gente, fortaleciendo la supervisión del mercado y tomando medidas severas contra el crimen podremos proteger eficazmente los intereses públicos y mantener la estabilidad y seguridad social.