¿De dónde vino el primer ratón?
Por supuesto, desde la perspectiva actual, el ratón original parece bastante simple. Utiliza una carcasa totalmente de madera, tiene bordes y esquinas afilados, es voluminoso, requiere energía adicional para funcionar correctamente y es incómodo de usar. Sumado al uso de una gran cantidad de piezas mecánicas, el ratón sufrirá problemas de desgaste muy graves con el tiempo. Además, el mouse original utiliza tecnología analógica y su sensibilidad de respuesta y precisión de posicionamiento no son ideales. La combinación de varias desventajas significa que no mucha gente está dispuesta a utilizarlo. Pero como producto nuevo, no podemos pedir demasiado por él. La mayor importancia del mouse original es que su nacimiento significó que había más opciones para los dispositivos de entrada de computadora y sentó las bases para que el sistema operativo adoptara la tecnología de interfaz gráfica. Es difícil imaginar cómo los usuarios pueden operar Windows o Mac OS si sólo tienen un teclado.
El Dr. Douglas es el antepasado de todas las ratas actuales. Douglas Engelbart recibió su doctorado en ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de California, Berkeley, en 1956, y posteriormente trabajó en el prestigioso Instituto de Investigación de Stanford. En 1989, el Dr. Douglas y su hija Christina fundaron el Instituto Bootstrap en Silicon Valley, EE. UU., y ganaron el Premio Turing, el premio más autorizado en el campo de la informática del mundo en 1998. El área de especialización del Dr. Douglas es la teoría informática. Ya a principios de la década de 1960, publicó un artículo titulado "Enhancing Human Intelligence", proponiendo que las computadoras deberían usarse como amplificadores de la inteligencia humana. En aquel momento, esta visión era bastante progresista. Para él, la invención del ratón fue puramente accidental y parecía insignificante entre todos sus logros, pero las profundas teorías informáticas que propuso son mucho menos conocidas que el ratón. Lo más triste es que el Dr. Douglas aparentemente perdió la oportunidad de convertirse en súper multimillonario. Si se hubiera acordado de patentar su idea a tiempo, todos los fabricantes de ratones tendrían que pagar derechos de patente por cada ratón producido hoy en día, ya sea mecánico, óptico u óptico.