Cómo limpiar a tu gato cuando no puede limpiarse solo 5 formas de limpiar a tu gato cuando no puede limpiarse solo.
Método 1: Cepillar a los gatos.
1. Llevar al gato al veterinario. Si tu gato tiene dificultades para cuidarse puede deberse a algún problema de salud que le provoca dolor al ser cuidado. En este momento, sólo cuando se solucione el problema fundamental el gato se sentirá cómodo e incluso empezará a cuidar de sí mismo de nuevo. Los tratamientos incluyen exámenes dentales para gatos con aftas y analgésicos para gatos mayores con artritis. Si el pelaje de su gato está muy enredado, haga que un profesional lo elimine. Quitar grandes áreas de pelo enredado de tu gato puede ser perjudicial. Lo mejor es dejar que el gato se calme primero y quitarle el pelo antes de que se dé cuenta del dolor.
2. Trata las cerdas como tarea diaria. Si tu gato no puede cuidarse como antes, una de las mejores cosas que puedes hacer es incorporar el aseo a tu rutina diaria. Acicala a tu gato desde la cabeza hasta la cola para eliminar el pelo suelto, el polvo y la suciedad, y promover la circulación sanguínea y la secreción de las glándulas sebáceas. Esto ayudará a devolverle brillo y brillo al pelaje y evitará dolorosos enredos, especialmente en gatos de pelo largo.
3. Esperar a que el gato se relaje antes de cuidarlo. No cepilles a tu gato cuando esté emocionado. Acariciar al gato suavemente y consolarlo hará que el gato sea más obediente. Si su gato no está acostumbrado a que otros lo cuiden, es posible que odie que le cepillen los dientes. Hazle saber que es una experiencia agradable y no lo cuides demasiado la primera vez para evitar que pierda la paciencia.
Pruebe cepillarse antes de alimentarse para que su gato asocie el cepillado con recompensas de comida en el futuro. Hacer esto mejorará su tolerancia a las cerdas.
Recuerda que las cerdas mejoran el vínculo entre dueño y mascota. Sin embargo, si una mascota está excitada o nerviosa, puede asociar emociones negativas con su dueño.
4. Toma medidas para protegerte y deja que el gato se calme. A veces, incluso si el gato no está contento, es necesario cuidarlo de inmediato. Por ejemplo, si un gato hace un desastre hay que limpiarlo aunque esté muy excitado. Ante esta situación, existen algunos métodos que pueden ayudarte a mantener la calma y controlar a tu gato. Usa una toalla. Si es necesario limpiar a su gato de inmediato y está emocionado, intente envolverlo en una toalla para que solo queden expuestas las partes sucias. Cubrir los ojos de un gato puede calmarlo.
Además, envolver los dientes y las garras de tu gato en una toalla puede protegerte de arañazos o mordeduras.
Agarra al gato por el cogote. Algunos gatos se calmarán si los sujetas por el cuello. El cogote es la piel de la parte posterior del cuello de un gato. Si la madre gata agarra la nuca del gatito, tendrá un efecto calmante, que también puede funcionar en gatos adultos. Sin embargo, no rasques la nuca del gato, simplemente rasca un pequeño trozo de piel detrás de los hombros del gato mientras está acostado en un suelo plano.
Opera a una altura cómoda. Será más fácil limpiar a tu gato si lo colocas en una mesa más alta o encima de la secadora. Esto elimina la necesidad de agacharse y forzar la espalda. Coloque una manta o toalla sobre la mesa para que sea menos probable que se resbale y le dé a su gato una sensación de seguridad.
5. Determina con qué frecuencia debes cepillar los dientes de tu gato. Los gatos de pelo largo necesitan un aseo frecuente, preferiblemente una vez al día. De lo contrario, el cabello quedará enredado y sucio. Los gatos de pelo corto no necesitan ser cepillados con frecuencia, basta con cepillarlos un par de veces a la semana cuando sea necesario.
6. Sé suave al cepillar los dientes de tu gato. Cepilla tu cabello lentamente para no lastimar ni asustar al gato. Tenga en cuenta que los gatos mayores con dolor en las articulaciones y artritis pueden silbar cuando usted está cerca del área dolorida. Al cepillar el trasero, los hombros, los brazos o las rodillas de un gato delgado, es fácil golpear el peine o el cepillo y causarle dolor, así que tómate tu tiempo y peina estas áreas con cuidado.
7. Revisa la piel de tu gato mientras lo cepillas. Mientras lo cepillas, tómate unos minutos para inspeccionar la piel de tu gato en busca de anomalías, puntos deshilachados o expuestos u otros problemas. Si nota algo inusual, asegúrese de comunicarse con su veterinario lo antes posible. Al preparar a su gato, asegúrese de comprobar si tiene pulgas. Divide tu cabello y busca insectos marrones brillantes del tamaño de semillas de sésamo. También revise si hay excrementos de pulgas. Parecen poco polvo. Si encuentra algo sospechoso, colóquelo sobre un algodón húmedo. Si se trata de excrementos de pulgas, el agua mojará la sangre seca y verás un brillo anaranjado.
Peina el cuerpo del gato con los dedos para ver si hay algún grumo o grumo. Si encuentra un bulto nuevo, o el bulto original está creciendo, o su gato se siente incómodo al tacto, llévelo al veterinario lo antes posible.
8. Utiliza un peine metálico para eliminar la suciedad. Un peine de metal puede eliminar el polvo y otros residuos del pelaje de tu gato. También puede alisar el pelo de los gatos, lo que resulta especialmente útil para los gatos de pelo largo. Comienza a arreglar el vientre y las patas de tu gato. Luego peina tu espalda, de abajo hacia arriba hacia tu cabeza. La cola también debe estar cuidadosamente arreglada.
9. Desatar las zonas anudadas. Si el pelo del gato es relativamente largo, debes tener más cuidado al desenredarlo para evitar que la situación del nudo se agrave. Si encuentra un nudo, desátelo con cuidado. Puedes usar un peine, revelador o simplemente tus dedos. No importa qué tipo de herramienta utilices, debes presionar las raíces del cabello cerca de la piel para que ésta no se dañe al alisar el cabello.
10. Corta los nudos irrazonables. Si no puedes enderezar el nudo, usa un cortapelos para cortarlo, pero no uses tijeras para evitar dañar tu piel. La piel debajo del pelaje de un gato es muy delicada. Si se lesiona, puede infectarse. Si no está bien, es posible que necesite puntos. Si no se siente cómodo cortando nudos, comuníquese con un peluquero de gatos o un veterinario profesional.
Si no tienes cortapelos, utiliza tijeras, pero ten cuidado. El método más seguro es pasar un peine entre la piel y los nudos del cabello y luego cortar los nudos por encima del peine. El peine protege la piel, por lo que es menos probable que se raye. Si no hay forma de atar el peine debajo del nudo, asegúrese de llevarlo a un peluquero o veterinario profesional. No lo intentes tú mismo.
11. Utiliza un cepillo para eliminar el pelo suelto. Después de peinarte, utiliza un cepillo de goma o de cerdas duras para quitar el pelo suelto. Esto eliminará los restos de pelo suelto y dejará a tu gato fresco. Los gatos de pelo corto también necesitan ser cepillados, de lo contrario el pelo caído se mezclará con el pelaje.
Método 2: Limpiar la cara y las orejas del gato
1. Quitar las costras alrededor de los ojos del gato. Si tu gato tiene costras en las comisuras de los ojos o tiene problemas oculares que le provocan lágrimas o secreción, es hora de limpiarle los ojos. Esto hará que el gato se sienta cómodo y evitará que la irritación empeore. También lleve a su gato al veterinario para comprobar si tiene secreción. A veces los gatos contraen un resfriado o una infección viral y necesitan medicamentos para curarla. Limpie las lágrimas con un algodón o un paño suave.
Utiliza un algodón húmedo para eliminar costras, objetos duros o suciedad intensa alrededor de los ojos del gato.
Limpie cada ojo por separado con un paño o un algodón para evitar infecciones cruzadas entre ojos.
Los gatos no pueden utilizar colirios ni colirios sin el consentimiento de un veterinario.
2. Limpiar las arrugas del rostro. Las arrugas faciales son muy comunes en gatos con cara plana como los gatos persas y los gatos del Himalaya. Es necesario limpiar las arrugas faciales, especialmente en gatos con secreción ocular crónica. Las lágrimas y las secreciones pueden acumularse en pliegues, haciendo que tu gato sea susceptible a enfermedades de la piel. Al limpiar las arrugas faciales, utilice un algodón húmedo o un paño suave y húmedo para limpiar suavemente las lágrimas y la suciedad.
Asegúrate de limpiar a fondo la piel en el medio y los lados de los pliegues.
La humedad prolongada puede causar problemas, por lo que utiliza un paño ligeramente húmedo en lugar de uno completamente mojado.
Después de limpiar, seque con palmaditas.
3. Revisar y limpiar los oídos. Revisa las orejas de tu gato. Las orejas de su gato deben verse de color rosa claro, libres de suciedad, acumulación de cera e inodoros. Si sospecha que algo anda mal, compare un oído con el otro. Ambas orejas deben verse iguales. Si las dos partes son diferentes, debería haber un problema. Limpie los oídos: Pídale a su veterinario que le recomiende un limpiador de oídos líquido, que está disponible en la mayoría de las tiendas de mascotas.
Aplica una pequeña cantidad de detergente en una bolita de algodón.
Dobla las orejas del gato hacia atrás y limpia la suciedad con un algodón.
No limpie el canal auditivo ya que esto puede provocar traumatismos e infecciones.
No introduzca la punta del bastoncillo de algodón en el canal auditivo. Si su gato tiembla repentinamente, puede pincharse o lastimarse las orejas. Nunca permita que entre agua en los oídos, ya que esto suavizará la piel y hará que el gato sea más susceptible a las infecciones de oído.
4. Comprueba si hay algún problema con la cara del gato. Mientras limpias a tu gato, también es un buen momento para comprobar si hay problemas. Por ejemplo, si tu gato tiene secreción, tiene los ojos rojos, parpadea con frecuencia o tiene los ojos llorosos, debes acudir al veterinario. Si las arrugas de la cara de su gato se enrojecen, se oscurecen o se inflaman, o si su gato está perdiendo pelo, es hora de consultar a su veterinario.
Si tu gato sigue rascándose las orejas, puede provocarle inflamación. Compruebe si hay ácaros en el oído. Si cree que hay algún problema con las orejas de su gato, debe hablar con su veterinario.
Método 3: Limpiar el trasero del gato.
1. Una vez que se encuentren heces en el pelaje del gato, límpielo a tiempo. Si tu gato no puede o no quiere cuidar de sí mismo, debes tener en cuenta que es posible que tenga heces pegadas al pelaje debajo de la cola. Esta afección suele ocurrir en gatos y mascotas de pelo largo con diarrea. Si no se limpian a tiempo, las heces se enredarán con el pelo, lo que eventualmente provocará que el gato desarrolle problemas en la piel y no pueda defecar normalmente.
2. Utilice guantes. Use un par de guantes de látex o de goma cuando limpie las heces del pelaje de su gato. Las heces de gato pueden transmitir toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que es especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas. Si estás embarazada, haz que tu pareja limpie al gato (y la caja de arena).
3. Limpia tu trasero con un pañuelo húmedo. Si la caca está demasiado seca, intenta sacarla del cabello. Si eso no funciona, usa una toallita húmeda para limpiar la caca del trasero del gato. Utilice toallitas húmedas especiales para gatitos, disponibles en la mayoría de las tiendas de mascotas. También puedes usar toallitas húmedas para bebés, pero asegúrate de usar toallitas sin perfume. Después de limpiar a tu gato, él se lamerá el pelaje. Las toallitas húmedas para bebés se comerán si tienen residuos. Limpia tu trasero una vez al día o según sea necesario.
4. Secar al gato con una toalla. Después de limpiar las heces, seque rápidamente el área limpiada. Si no te secas el cabello con secadora, se enredará más e irritará tu piel.
5. Considera afeitar algo del pelo del trasero de tu gato. Si no puedes limpiar fácilmente los excrementos enredados, considera afeitarte el cabello alrededor del ano para evitar que los excrementos se atasquen en el cabello. Los peluqueros de gatos suelen realizar este procedimiento, que se denomina cuidado de la salud o afeitado higiénico.
6. Mantener limpia la caja de arena. Si la caja de arena no está limpia, el gato orinará en las esquinas de la caja de arena, lo que facilitará que las heces se adhieran al pelaje. Retire las heces del recipiente todos los días y reemplace la arena cada una o tres semanas.
7. Si tienes alguna duda, ponte en contacto con tu veterinario. Si su gato tiene una herida o tiene dificultades para orinar debido a adherencias en el pelo, llévelo al veterinario en lugar de a un salón de belleza. El gato puede necesitar tratamiento para heridas u otros problemas.
Método 4: Bañar al gato
1. Baña al gato sólo cuando sea necesario. Los gatos rara vez necesitan bañarse. El cepillado y la limpieza regulares del sitio suelen ser suficientes para garantizar la higiene de su gato. Si tu gato ha pisado algo pegajoso, se ha revolcado en el barro, tiene diarrea intensa o tiene una gran mancha de pelo, debes bañarlo. Si no quieres bañar a tu gato tú mismo, puedes dejarlo en manos de un peluquero profesional.
2. Elige un momento adecuado para bañar al gato. Si eliges bañar a tu gato cuando está tranquilo y gentil, estará menos nervioso en la bañera. Puedes intentar jugar un rato con el gato y luego bañarlo cuando esté cansado. Si tu gato está emocional, espera hasta que se calme antes de intentar bañarlo.
3. Recorta las garras del gato. Córtale las garras a tu gato antes de meterlo en la bañera. Si tu gato se resiste en la ducha, no te arañará. No cortes demasiado las garras, solo corta los extremos para asegurarte de que no estén afilados. Si cortas demasiado, cortarás la carne tierna, causando dolor al gato y posiblemente sangrando. Si tienes miedo de cortarle las garras a tu gato tú mismo, llévalo a un peluquero o a un veterinario para que se las corte.
4. Acicala bien al gato. Cepillarle los dientes a tu gato con un cepillo puede eliminar el pelo suelto y la suciedad. También es importante limpiar los nudos enredados, ya que el champú puede acumularse en ellos.
5. Pide ayuda a alguien. Haz que otra persona controle al gato o te entregue algo. Bañar a un gato solo es difícil, así que no lo intentes a menos que sea absolutamente necesario.
6. Preparar los útiles de baño. Antes de meter a tu gato en la bañera, ten listos todos los elementos necesarios, incluido: champú para gatos (no champú para perros)
Vaso o jarra de plástico
Toallas
Baño toallas
Alfombras de goma
7. Preparar una bañera o piscina. Puedes dejar que tu gato se bañe en la bañera. Si la piscina es lo suficientemente grande, también podrás darte un baño en la piscina. Coloque la alfombra de goma en el lavabo o la bañera. Las alfombras pueden evitar que los gatos se resbalen. Llene la tina con 3 a 4 pulgadas (aproximadamente de 8 a 10 centímetros) de agua tibia.
8. Empieza a bañar al gato. Coloque al gato en la bañera y pídale a un amigo que lo sujete por el cuello. Luego usa una taza o jarra para humedecer el pelaje de tu gato. Vierta solo desde el cuello hacia abajo, tratando de evitar que el agua entre en los ojos, la nariz y las orejas del gato. Consuele al gato y cálmelo. Tranquiliza la mente de tu gato mientras lo mueves suavemente.
9. Masajear en profundidad para permitir que el champú penetre en el cabello. Bañe a su gato con una solución de una parte de champú para gatos por cinco partes de agua. Pídele a un amigo que te ayude a sostener al gato por el cuello mientras mezclas la solución. Vierte la mezcla sobre tu gato para evitar que le entre en los ojos, oídos y nariz. Luego masajee suavemente con las yemas de los dedos para permitir que el champú penetre completamente en el cabello. Si necesitas limpiarte el trasero, usa guantes de látex o PVC.
10. Retirar el champú. Usando una jarra o taza, vierte lentamente agua tibia en el pelaje de tu gato. Nuevamente, evite sus ojos, oídos y nariz. Asegúrate de enjuagar bien el champú del pelaje de tu gato. Es posible que se necesiten varias tazas o frascos de agua para enjuagar bien el jabón del pelaje de su gato.
11. Secar al gato. Después de lavarlo, pídele a un amigo que saque suavemente al gato de la bañera y lo coloque sobre una toalla. Luego envuelve al gato en otra toalla, sécalo y mantenlo abrigado. Lleva al gato a una habitación cálida para secarle el pelaje.
Método 5: Lleva al gato a una sesión de aseo profesional.
1. Si ya es demasiado tarde para cuidar al gato, llévalo a un tratamiento de belleza profesional. Si no tienes mucho tiempo en casa o estás demasiado ocupado para cuidar a tu gato con regularidad, debes considerar llevarlo a un servicio profesional de peluquería para mascotas. Los peluqueros de mascotas profesionales pueden brindar servicios como cepillado, eliminación de nudos, corte de garras, limpieza de oídos y baño.
2. Busca un peluquero de gatos profesional, puedes encontrarlo online o puedes recomendarlo a tu veterinario. Verifique si el peluquero es miembro de la Asociación Estadounidense de Peluqueros de Gatos. La asociación es responsable de establecer y mantener estándares relacionados con el cuidado de los gatos.
3. Considera si el gato está nervioso. La desventaja es que tu gato puede ponerse nervioso si lo llevas al peluquero. Considere si el gato es obediente cuando va en coche. El aseo puede resultar difícil para los gatos. Pero si el pelaje de tu gato es realmente malo, vale la pena arreglarlo incluso si estás nervioso.
4. Pregunta al veterinario si el gato puede ser recortado.
Si el cepillado diario y la limpieza ocasional del área no mantienen limpio a su gato, hable con su veterinario y pregúntele si es necesario recortarlo. Para gatos con hábitos de aseo normales o gatos que sus dueños pueden acicalar fácilmente, no es necesario esquilar. Pero el pelo de los gatos de pelo largo se enreda fácilmente. No les gusta cepillarse el pelo todos los días y no se cuidan lo suficiente. Este tipo de gato estaría mejor si le recortaran el pelo. Dependiendo del temperamento de su gato, decida si será necesario un veterinario para consolarlo durante este proceso.
Advertencia: Si el gato tiene dificultades para cuidarse a sí mismo, programe una cita con un veterinario para realizar un diagnóstico, descubra la causa fundamental de la incapacidad del gato para cuidarse a sí mismo y brinde un tratamiento sintomático oportuno.