Los niños son rebeldes en la adolescencia y están cansados de estudiar. ¿Por qué?
Durante la pubertad, el cuerpo de los niños sufre muchos cambios y sus niveles hormonales fluctúan, lo que puede afectar su estado de ánimo y su comportamiento.
Al mismo tiempo, pueden enfrentar presiones familiares y sociales, como expectativas familiares y relaciones con sus pares, que también pueden conducir a comportamientos rebeldes y académicamente desfavorables.
Finalmente, la adolescencia es un proceso de construcción de identidad propia y valores, y los niños pueden intentar explorar sus propios pasatiempos y valores, lo que puede conducir a cambios en su forma de ver la escuela y otras autoridades adultas.
Los padres pueden tomar algunas medidas para aliviar la psicología rebelde y la aversión al aprendizaje de sus hijos en la adolescencia, tales como:
Comprender las emociones y necesidades de los niños: los padres deben trabajar duro para comprender las emociones de sus hijos. y necesidades. Muestre apoyo y preocupación por su hijo para que se sienta comprendido y valorado.
Establecer una buena relación familiar: Los padres deben establecer una buena relación familiar con sus hijos y potenciar la confianza y comunicación mutua. Cuando un niño se vuelve rebelde, los padres no deben perder los estribos ni castigarlo fácilmente, sino que deben comunicarse con él con la mayor calma posible y comprender sus pensamientos y sentimientos.
Estimular los intereses de los niños: los padres pueden ayudar a los niños a explorar sus propios pasatiempos e intereses y participar activamente en diversas actividades para desviar la atención y reducir el aburrimiento.
Dar a los niños una autonomía adecuada: Durante su adolescencia, es necesario que comiencen a establecer su identidad propia y sus valores. Por ello, los padres deben dar a sus hijos la autonomía adecuada, dejarles tomar sus propias decisiones y aprender a asumir responsabilidades.
Buscar ayuda profesional: Si la psicología rebelde y la aversión al aprendizaje del niño son graves, los padres pueden buscar ayuda de un consejero psicológico profesional o de un médico para detectar y solucionar el problema lo antes posible.