1) Destruir el orden normal de estandarización de los caracteres chinos. Las leyes, reglamentos y documentos normativos como la Ley de la República Popular China sobre el lenguaje y los caracteres comunes, el Reglamento sobre el registro y la gestión de nombres de empresas y las Disposiciones provisionales sobre la gestión del lenguaje y los caracteres publicitarios estipulan que los caracteres utilizados en letreros y anuncios deben basarse en el idioma y los caracteres comunes nacionales (excepto en circunstancias especiales), como caracteres variantes en reliquias culturales y algunos apellidos, los caracteres chinos tradicionales y los caracteres variantes pueden conservarse o usarse en caracteres escritos a mano utilizados para inscripciones y rótulos en obras artísticas como caligrafía y corte de sellos). Está prohibido utilizar caracteres chinos tradicionales, caracteres chinos simplificados, caracteres variantes o errores tipográficos. El nombre de la empresa debe utilizar caracteres chinos y no debe contener letras pinyin chinas (excepto nombres extranjeros) ni números. Los operadores utilizan fuentes no estándar en los anuncios de carteles de puertas, destruyendo el orden normal de estandarización de los caracteres chinos en nuestro país.
(2) Impacto en la imagen de la ciudad. Las placas publicitarias colgadas a lo largo de las calles son una de las manifestaciones de la cultura urbana. El uso de caracteres chinos tradicionales, caracteres homofónicos, errores tipográficos y otras fuentes irregulares en placas en las entradas de la ciudad dará a la gente la impresión de que la ciudad es de mal gusto y la gestión no está estandarizada, y dañará la imagen de la ciudad.
(3) Engañar a los jóvenes para que lean. Los adolescentes se encuentran en el mejor período para aprender palabras y su capacidad para distinguir si una palabra es correcta o incorrecta es débil. El uso irregular de palabras publicitarias en las placas de las puertas de entrada puede fácilmente engañar a los jóvenes, que consideran palabras mal escritas u homófonas como palabras correctas, o las consideran palabras correctas porque saben que son palabras incorrectas.