Red de Respuestas Legales - Información empresarial - ¿Por qué los padres siempre piensan que es mejor que sus hijos estén más gordos?

¿Por qué los padres siempre piensan que es mejor que sus hijos estén más gordos?

¿Por qué los niños están tan gordos y por eso los padres deben tener cuidado? La obesidad es una de las diez principales enfermedades crónicas identificadas por la Organización Mundial de la Salud. Hoy en día, la calidad de vida de las personas es cada vez mejor y su peso también está aumentando. Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que el número de personas con sobrepeso en todo el mundo ha alcanzado los 654.380 millones y el número de personas obesas ha alcanzado los 300 millones, lo que provoca al menos 2,6 millones de muertes cada año. El sobrepeso y la obesidad ya no son una "patente" de los países desarrollados. Ahora se han extendido por todo el mundo y se han convertido en las principales causas de muerte. El problema de la obesidad infantil es cada vez más destacado y afecta gravemente a la salud física y mental de los niños.

La obesidad infantil se divide en tres niveles: el 20-30% son obesos leves, el 30-50% son obesos moderados y más del 50% son obesos graves. El peso normal de los niños en edad preescolar de 3 a 6 años es de entre 15 y 20 kg.

Entre la obesidad infantil, la gran mayoría son obesidad simple u obesidad benigna. Esto se debe a comer en exceso y hacer menos ejercicio, lo que convierte la energía térmica restante en grasa corporal. Algunos niños tienen antecedentes familiares de obesidad, lo que indica que está relacionada con la genética; un pequeño número de niños tienen obesidad secundaria, que en su mayoría es causada por diversas enfermedades, como enfermedades renales y secuelas de encefalitis. La obesidad infantil no es un asunto baladí, es grave y requiere vigilancia.

Manifestaciones tempranas de la obesidad infantil

1. Las tres etapas de la obesidad son: al año de nacer, a los 4-5 años y a la adolescencia.

2. Tiene mucho apetito, come mucho, le gustan los dulces y las comidas grasosas y muchas veces tiene malos hábitos alimentarios.

3. La grasa subcutánea se distribuye uniformemente y se pueden ver rayas blancas o de color rojo claro en la piel de los niños con obesidad severa.

4. La adolescencia puede crecer demasiado rápido y la edad ósea es normal o supera la edad real.

5. Las niñas obesas pueden comenzar la pubertad antes que los niños promedio, pero en el caso de los niños puede ocurrir lo contrario.

6. La capacidad aeróbica se ve afectada y los niños obesos presentan manifestaciones externas como latidos del corazón, dificultad para respirar, fatiga, etc. durante las actividades, así como hábitos de comportamiento que no les gusta participar en actividades físicas. .

7. Presta atención a las complicaciones. Diabetes, síndrome metabólico, lesión cardiovascular, hipertensión, enfermedades viscerales, deformidades esqueléticas, gota, síndrome pulmonar de obesidad, etc.

La obesidad infantil es perjudicial

1. Hiperlipidemia

Los lípidos en sangre de los niños obesos son significativamente más altos que los de los niños normales. Los lípidos en sangre anormales suponen un alto riesgo. factor de aterosclerosis.

2. Induce fácilmente el hígado graso.

La incidencia de hígado graso en niños con obesidad severa llega al 80%. La obesidad infantil es un factor de riesgo importante para el hígado graso, y la presión arterial alta y la hiperlipidemia son signos de peligro del hígado graso en los niños obesos.

3. Susceptibles a enfermedades respiratorias

Los niños obesos tienen acumulación de grasa en la pared torácica, lo que comprime y limita la expansión del tórax, reduce la distensibilidad y limita el movimiento del diafragma, afectando la función de ventilación pulmonar y reduciendo la respiración. Resistencia. Susceptible a enfermedades respiratorias.

4. Susceptibilidad a enfermedades del sistema digestivo

La prevalencia de enfermedades del sistema digestivo en niños obesos es del 15%, cifra significativamente superior a la de los niños normales (4%). Los niños obesos están inmunocomprometidos. Los niños obesos tienen una función inmune baja, especialmente una actividad celular significativamente reducida, y son propensos a enfermedades infecciosas.

5. Susceptibles a la hiperinsulinemia

Los niños obesos generalmente tienen hiperinsulinemia. Para mantener el metabolismo de la glucosa, se ven obligados a secretar grandes cantidades de insulina durante mucho tiempo, lo que provoca insuficiencia de secreción de los islotes pancreáticos y diabetes.

6. Pubertad prematura

Los niveles de testosterona en sangre masculina y de sulfato de dehidroepiandrosterona en sangre femenina en niños obesos eran significativamente más altos que los de niños normales. El aumento de grasa corporal puede aumentar la secreción de hormonas suprarrenales y reducir la sensibilidad del hipotálamo a los umbrales de las hormonas sexuales circulantes, lo que lleva a una pubertad precoz. El desarrollo sexual temprano provocará conciencia sexual, provocará confusión, miedo y ansiedad tempranos sobre el sexo y afectará el aprendizaje y la vida de los niños.

7. Los niños obesos tienen un coeficiente intelectual más bajo.

El coeficiente intelectual total y el cociente de los niños obesos son más bajos que los de los niños sanos, y su capacidad de actividad, capacidad de aprendizaje y capacidad de comunicación también ocupan el primer lugar. Con el tiempo, desarrollarán depresión y baja autoestima, haciendo que los niños sean sensibles a las relaciones interpersonales, introvertidos y con poca adaptabilidad social, afectando su salud mental.

¿Por qué los padres deben tener cuidado con los niños gorditos? La obesidad se ha convertido en la principal causa de muerte y las personas obesas tienen muchas más probabilidades de sufrir diversas enfermedades que las personas sanas. Por lo tanto, cuando los padres enfrentan el problema de la obesidad infantil, deben llevar a sus hijos a un hospital pediátrico profesional para consulta y examen a tiempo para determinar la causa de la enfermedad del niño, de modo que puedan obtener mejores resultados en el diagnóstico y tratamiento sintomático.